jueves, noviembre 30, 2006

The Pillars of the Earth, capítulo 1

A ver, en realidad es mitad relato, mitad adaptación del original de Ken Follet. El libro viene al pelo por la temática y por la variedad de personajes. Aquí yo hago de Phillip, no podía ser de otra forma. Dudo que otro personaje me venga mejor. Los otros dos personajes no sé muy bien, pero podrían ser esbirros mandados por Waleran Bigod (Por Dios) para retrasar la construcción de la misma y por último Tom o Jack no aparecen porque no hay presupuesto suficiente. Aliena, muy a mi pesar, tampoco lo hace.

Presupuesto primero:
  • Hola buenas maese albañil, necesito un presupuesto para la catedral. ¿Me lo puede proporcionar?.
  • Sí cómo no, a pesar de haber llegado tarde a nuestra cita y no haberte avisado, tranquilo que te paso el presupuesto. A ver cómo lo hacemos ... vale, se lo paso a mi cuñado, que lo escanee, lo convierta a pdf y te lo envíe.
  • Interesante, ¿se te ha ocurrido a ti el procedimiento?.
  • No, qué va, a mi cuñado.
  • Ahh, ya decía yo. "Tu conversación resulta más bien escasa. Menos mal que te quiero sólo para una obra y no para hablar contigo"
  • Vale, ya lo tengo. Me lo tengo que pensar. ¿Y cuándo dices que podrías empezar?
  • Pues dentro de dos meses.
  • Dos meses es demasiado, yo quisiera poder estar rezando en la catedral en verano.
  • Pues necesito tu confirmación porque mi me quieren en otra chapucilla y tal.
  • Correcto, pues mejor chapuceas a gusto.
Presupuesto segundo:
  • Hola maese arquitecto. Viene usted muy bien avalado por la propietaria de la catedral vecina.
  • Sí, yo la reformé y también reformé alguna otra de los alrededores. Ah y que sepas que no me gustan las chapuzas. Si vieras lo que le han hecho a unos vecinos míos ...
  • Perfecto, eso me gusta. Aunque sé que no te voy a contratar pues sin duda debes ser muy caro, dame un presupuesto a todo lujo para que sepa cuánto tendría que gastarme en la catedral.
  • Pues tendrías que gastarte mucho más de lo que quisieras, sin incluir el artesonado, claro está. Te paso el presupuesto vía correo electrónico usando la cuenta de mi hijo Ígor, ¿de acuerdo?.
  • Por supuesto, faltaría más. Ahh, aquí está, me acaba de llegar. Un presupuesto digno de una obra faraónica, sin lugar a dudas. ¿Y si quitamos las palmeras de la catedral?, yo es que tiendo más a la funcionalidad, la verdad.
  • Uff, quitando las palmeras, las pirámides y la arena se te queda en ... demasiado.
  • Vaya por Dios, pues nada, ya te llamaré.
  • Con ello cuento.
Presupuesto tercero:
  • Hola dúo dinámico. Sabed que sois mis preferidos desde el principio. No en vano os conozco desde que éramos pequeños. 30 años de conocimiento no es moco de pavo. Bueno, contadme. ¿Qué me ofrecéis?
  • Pues yo corto las piedras en la cantera, te hago los cimientos, levanto la catedral y la te la dejo lista para que llegue el pintor y mi hermano coloque el artesonado.
  • Y yo te diseño toda la bóveda y te forro de madera la sacristía y los confesionarios.
  • "Interesante, además es justo lo que necesito. Sin dudarlo esto resuelve mis problemas, gente de confianza a la que poder dejar sin supervisión (yo no podré estar aquí más que puntualmente para ver si necesitan algo) y encima son hermanos así que la comunicación será fluida." Pues muy bien, me habéis convencido, a ver esos presupuestos.
  • Éste es el mío.
  • Y éste el mío.
  • Ah, muy bien, muy bien. Pues hecho, podéis empezar a trabajar. A ver usted, maese albañil, reunámonos un momento para hablar de las condiciones de pago.
  • Sí, verá, con respecto a lo que hablamos antes, vamos a hacer unos ligeros cambios. éstos. ¿En cuánto afecta eso al presupuesto?.
  • A ver que lo revise con cuidado ... pues esto dejaría el presupuesto en 2090 monedas de plata.
  • Muy bien, 2100 para redondear. Bueno, yo le voy a dar 2200 monedas de plata y las cosillas que vayan saliendo, que saldrán, seguro que saldrán, las cogemos de ahí.
  • No, no es necesario, las cosillas que vayan saliendo se van haciendo, eso no es problema.
  • No, no, insisto. Prefiero que así sea.
  • De acuerdo, entonces el que no insiste soy yo.
Y he aquí cómo el buen Phillip contrató al albañil que había dado el presupuesto a ojímetro, en vez de a los otros dos que habían dado un presupuesto más profesional. Y he aquí que empezó la construcción de la catedral y con su inicio, acaba el final del capítulo 1.

Un saludo, Domingo.

miércoles, noviembre 29, 2006

Perdido

Llevo un par de semanas perdido. Los correos se agolpan en mi bandeja de entrada sin leer (creo que ya he superado los 180 de noticias) y empiezo a sentir lo que siempre han debido sentir los demás, que es imposible ponerse al día. La verdad es que no sé exactamente en qué echo el tiempo pero se me va de forma irremisible. Unos días contestando correo personal, otros comprobando las chapuzas, otros saliendo a correr después de varias semanas sin hacerlo ... y así.

Tengo todavía pendiente ese relato, relato que intentaré escribir a continuación aunque sea a costa de mi últimamente también escaso sueño. La verdad, no sé qué pasará cuando empiece con las clases de francés pero me da que la única solución aceptable va a ser irme a vivir a mi casita ;-).

Seguiremos informado, con un poco de suerte ahora mismo.

Un saludo, Domingo.
P.D. esta mañana decidí que cambiaría el nombre del relato.

viernes, noviembre 24, 2006

Decepciones

Estoy llegando a la conclusión de que actúo igual ante todo tipo de decepciones. En este caso, no sé si afortunadamente o desgraciadamente, el causante ha sido eso ... él. Hay cosas que nunca entenderé y en este caso no entiendo que se pueda hacer una chapuza así y no entiendo que se la puedas hacer a alguien a quien conoces desde que erais niños, hace ya muchos años.

Iba a comentar que no me extraña que la gente defraude a Hacienda, ese raro ente que somos todos sin ser ninguno, si no tiene escrúpulos en defraudar una amistad de años, quizás una amistad no demasiado fuerte, pero amistad al fin y al cabo.

La historia en sí merece una entrada para ella sola y ya tengo hasta el nombre pensado "La chapuza más grande jamás contada". Sólo me queda ver si la escribo en plan relato o me limito a contar mi verdad, verdad que por supuesto es la única que me interesa. Sé que al final (y también ahora) me quedará la certeza absoluta de que siempre he actuado correctamente, de cara y prestando mi confianza a gente que al final se ha mostrado indigna de ella. Y es que no puedo reprocharme nada, hice lo que tenía que hacer, elegí la mejor opción, que en general me salió bien, aunque al final acabara ahogándome en la orilla y con el microondas enchufado al frigorífico.

En cualquier caso, he podido comprobar cómo al darme cuenta de la delación, la defección o la defecación, como queráis llamarla, lo que me invadió no fue la ira, el enfado, la rabia, sino la tristeza, la incredulidad y la decepción. Y también he podido comprobar que para esos casos nada mejor que salir a correr un rato y hacer un poco de deporte. Aunque por no fiarme, no debería ni fiarme del deporte; cualquier día, el día menos pensado, me veo de baja con un esguince y el tobillo como una bota. Justo como anda (es un decir) ahora mi hermano, si bien, el hecho de que hasta ahora nunca me haya pasado, también demuestra que yo estoy hecho con materiales de primera :-) (toquemos madera).

Un saludo, Domingo.

domingo, noviembre 19, 2006

Piso V1.5

Bueno, esto ya tiene color. A continuación fotos y un comentario sobre la foto o la diferencia con la actualidad.



El cuarto de invitados. Falta la ropa de cama que se puso un par de semanas después. El colchón del fondo lo compré y cuando lo metí en el coche, me di cuenta de que no podía doblarse (quizás un tío cachas sí, pero yo no). Tuve que quitar los reposacabezas de los asientos delanteros y elevarlo con la ayuda de un balón de fútbol para que no me estorbase en la conducción :-D.




No recuerdo si ésta la había puesto ya, pero bueno. El sofá-chaiselongue que compré y que creo que ha sido una de las mejores compras para la casa. Es sofá cama, se saca y queda una cama de 1,50x2,00 aproximadamente. La chaiselongue es un arcón que se abre para guardar los botes de ácido con los que disuelvo a mis víctimas en la bañera :-D ¿qué película era aquélla? ¿de Alfred Hitchcok?.




El "tapizado" temporal que tiene. Si hay algo que pueda coger polvo en una casa, mi madre le pone una funda, lo tapiza, lo envuelve o lo mete en una bolsa.




Como comentaba en la entrada anterior, mi madre ha hecho las cortinas. El mueble lo monté yo. Me llevó casi un día y es que lo que ponía en las instrucciones de que hacían falta dos personas no era una broma. Las cortinas tardaron algo más y no sé muy bien el número de personas que intervinieron o dicho de otra forma, no sé exactamente qué papel tuvieron mis abuelas en ello. Por cierto, alguien me preguntó si no le iba a poner el típico visillo por encima. La respuesta es ... ummm que no :-D.




La mesa y la vista. La mesa ahora tiene un mantel en vez de un trapo. Es de 1,80x90 y de no sé qué madera tropical por la que no me siento culpable ni responsable puesto que yo la compré simplemente por estar de oferta, al 50% de su precio habitual. Ah, se me olvidaba, ésta es probablemente la foto que más me gusta del piso. La claridad de la vista al fondo me recuerda una foto que tengo en el Stratosphere en las Vegas :-O.

Y creo que esto es todo. Como dije la última vez: "El que quiera ver más, que vaya" :-P.

Un saludo, Domingo.

Así van las cosas

Tengo varias cosas en mente para comentar y lo más seguro es que alguna se me quede en el tintero pero allá vamos.

Mi intención primera era hablar en términos macroeconómicos. Al menos macroeconómicos en cuanto a mí concierne, es decir, la hipoteca. La intención segunda era hablar sobre las perspectivas actuales en el trabajo y ya por último, un batiburrillo de cosas que me ocurren o se me ocurren, encabezadas por la perenne mención a la casa. Hoy creo que sí por fin me decidiré a publicar algunas de las últimas fotos que hice, si bien creo que será en otra entrada diferente. Todo esto con la música de Fito y Fitipaldis de fondo. Bueno, era la que había de fondo, ahora no sé qué pondré pues el cd ha acabado ya. Ummm, al final ha sido Valenciaga.

Como dirían Jack el Destripador y Estopa, vamos por partes, como las integrales. Y como quiera que yo soy multitarea Windows, empezaremos con todo a la vez pero primero unas cosas y luego otras.

Pasó el día de la renovación de mi hipoteca y ya sé que el nuevo tipo de interés (aparte de mi propia persona) es el 3,8%. Los caprichos del euríbor. El mes que viene me enteraré exactamente de en cuánto se queda la letra de la hipoteca aunque tras realizar unos complejos cálculos matemáticos (los cálculos los hizo una hoja excel, yo me limité a cambiar un par de números) me sale que tendré que pagar unos 50 euros más al mes.

Todo esto me lleva a recordar que si se ha producido la renovación de la hipoteca es precisamente porque justo hace un año estaba firmándola. Y haciendo balance un año después nos encontramos con que los cambios son evidentes dentro y fuera de la casa. Los de dentro son de sobra conocidos, aunque habría que añadirles que la última moda es que todas las mujeres de la casa vayan sábados y domingos para ir haciendo diferentes cosas. Lo primero que hizo mi madre fue comprar y confeccionar las cortinas. Ahí reconozco que me he ahorrado un buen dinero, al menos comparando con los precios que me daban los que han pasado por ese trance con anterioridad. Eso sí, mi espalda todavía recuerda la sangre, sudor y lágrimas que me costó hacer algunos de los agujeros del techo.

De los de fuera, hay que destacar cómo el dinero cambia de manos sin que mi situación económica varíe en demasía. Con respecto al año pasado y tras la remodelación del piso, resulta que debo prácticamente lo mismo que debía el año pasado, sólo que ahora el banco no es prestamista único :-D. Lo bueno es que previsiblemente, el año próximo sí que debería poder decir que mis deudas van disminuyendo. Ya veremos.

Ya está bien de hipoteca, momento para cambiar de asunto y también de cd, James Blunt. En el trabajo bien, al menos por ahora. Aunque es cierto que se nos avecinan momentos complicados con los que habrá que lidiar de la mejor manera posible. Demasiadas cosas nuevas, demasiadas personas nuevas. Los programadores nos irán llegando con cuentagotas y a todos habrá que enseñarles y procurar que la calidad de la que hasta ahora nunca se han quejado, siga ahí.

El lado malo es que cabe la posibilidad de que lleguen las tan temidas horas extra y junto a ellas el siempre indeseado vuelo de tiempo libre y descanso. Aunque no quiera, me tengo que poner en lo malo, no sólo es la forma ideal de poder decir: "Ya lo decía yo" en el caso de que acierte sino que además en el caso de errar, seguro que no recordaré mis vaticinios.

Es probablemente una pelota más al aire con la que hacer malabarismos, pero eso es algo que me gusta, un nuevo reto. Además, seguimos intentando dar clases de francés. Probablemente ahora es el mejor momento para intentarlo aunque todo pasa por formar un grupo de gente interesada. Ya veremos si se consigue o no.

Llegaba ahora el momento de hablar del tercer punto, pero me he dado cuenta de que al escribir a tirones he conseguido incluir este punto, de forma algo sucinta la verdad, en el primero, por lo que no sé si tiene mucho sentido poner un cd nuevo que acompañe al resto de cosas del batiburrillo que se me hayan podido quedar en el tintero. Creo que no, que mejor acabo aquí éste, publico las fotos en el siguiente y me voy al salón a leer un rato. Por cierto, hablando de leer, tengo un libro (un tochillo) en inglés repetido. Se ve que he ido un par de veces a la sección de libros en inglés (hay que procurar mantener el vocabulario) de oferta (hay que procurar mantener el dinero en el bolsillo) y en ambas me ha llamado la atención. Si alguien lo quiere seguro que no tiene ningún problema para solicitarlo :-D.

Un saludo, Domingo.

sábado, noviembre 11, 2006

El señor Cuesta

La noche del jueves pasado fue la de la famosa reunión de la comunidad. Fue también la primera que dormí en mi propia casa. Y de ambas cosas aprendí bastante.

En primer lugar y aún sin estar dentro de lo que ellos llaman "pequeño comité", formado por la administradora y los señores presidentes (o presidente y señora), me imagino cómo irían las tres reuniones que tuvieron para preparar ésta. Me los imagino también discutiendo cómo nos iban a decir que las obras se habían desviado en más de 15.000 euros. Probablemente decidieron que lo mejor era la política de hechos consumados, llegar a la reunión diciendo ... nos ha pasado esto y ahora la única solución es la evidente, cuotas extra. De igual forma también me imagino que hablarían que lo mejor sería intentar proponer dos cosas para que al final se decidiera sólo la más urgente, o bien que si se aprobaban las dos, las obras menores de la segunda eclipsaran el desvío de la primera.

Creo que era algo que se veía venir, yo mismo en la reunión anterior dije ... pero no nos volverá a pasar lo mismo, ¿no?. Y sí, nos volvió a pasar lo mismo y como en teoría tenía que ser la misma empresa pues andando. El caso es que, para ponerlo negro sobre blanco, el dinero que se había recaudado para pintar el interior se había marchado a las obras del exterior y la situación era que teníamos que pagar 15.000 euros que ya nos habíamos gastado y postergar todas las otras mejoras que se tenían en mente casi diría que sine die. Por otro lado, también es cierto que las cosas en las que se ha gastado el dinero eran cosas que se tenían que hacer. Por ejemplo, el año pasado se gastaron casi 2000 euros en reparaciones a causa de filtraciones por lluvias, este año parece que ese problema se ha resuelto.

Bueno, el caso es que acabó la reunión con el único acuerdo al que se podía llegar: pagaremos lo que se debe y ya en la reunión de enero/febrero se decidirá qué otras cosas se van haciendo. Aunque o mucho me equivoco o después de los recibos extras que nos vienen, la gente pedirá que la próxima tanda llegue en verano.

Y he aquí que, como diría Paulo Coelho, parece que el universo confabula para que yo sea el nuevo presidente de la comunidad. Y es que el presidente actual, un hombre mayor, muy agradable, muy afable y probablemente muy competente acaba su mandato en enero y a juzgar por la gente que asiste a las reuniones (al menos a las dos que yo he asistido), debo encontrarme en una situación ideal para que la gente me proponga como candidato. De hecho ya me han propuesto. Lo hizo una señora mayor e inglesa (sin que ambas cosas tengan que estar relacionadas) quien, quizás deslumbrada por mi aceptable actuación como traductor simultáneo, mi proverbial carisma y la agudeza de mis comentarios ha decidido que tengo que pensarme lo de ser presidente.

A ver, la jugada sería perfecta para el resto de propietarios. Tendrían una persona competente (no voy a ser yo quien diga lo contrario, espero que los lectores lo entiendan ;-D), que podría hablar tanto como los de aquí como con los de allí y para colmo de parabienes sería otro año más en el que ellos no tendrían los fastidios inherentes al cargo.

Visto lo cual, quedan dos opciones, la primera es que yo les diga a mi madre y abuelas que esta gente quieren que yo sea presidente. Eso bastará para que ellas me digan que intente evitarlo por activa y por pasiva. No es que sea clarividente, es que ha pasado esta tarde :-D. Y la segunda opción es que alguien me pregunte si quiero hacerlo. Pues he de reconocer que algo me pica la curiosidad, saber cómo va lo de la comunidad por dentro puede quitarme tiempo pero también puede ser instructivo. Además la comunidad tiene una administradora (está de buen ver pero creo que tiene hijos así que lo descartaremos por ahora :-O) que me imagino que haría la experiencia más llevadera. Por ahora, la idea que cobra fuerza es la de que diré que sí pero sujeto a condiciones. La primera es que la vicepresidenta sea una moza de buen ver, a poder ser de una edad similar a la mía y libre de compromisos. La segunda es que la vicepresidenta venga con garantía y que si no satisface las condiciones mínimas que impongo yo a las féminas (guapa, inteligente, buena persona y millonaria), pueda exigir la devolución inmediata y la contratación de otra vicepresidenta :-O.

Retomando el hilo narrativo, la reunión empezó a las 20:30 según el reloj de mi móvil y acabó a las 00:30 ¡cuatro horas de reunión!. La verdad es que yo me encontraba muy cansado, pero no podía ni imaginar que habían pasado cuatro horas. Llegué a mi casa y me dispuse a cenar algo, que para colmo en el restaurante que habíamos comido ese día nos habían racionado la comida. Mientras daba vueltas de un lado a otro, me fijé en el reloj del salón. Marcaba las 22:30 así que encima parecía que se había quedado sin pilas. Un poco después (y con la ayuda de los demás relojes de la casa), ya pude ver que el que estaba mal era el del móvil. Sin saber muy bien por qué, de repente había adelantado dos horas. Creo que lo mismo tiene que ver con que hace poco lo configuré para la actualización automática de hora. No sé, algo extraño la verdad. Como lado positivo, al menos, la reunión habían sido sólo dos horas y podría cenar y acostarme a una hora prudencial.

Cené, si bien antes tuve que limpiar el microondas por dentro pues parece que alguno de los calamares con salsa americana que introduje en él, era un agente infiltrado de Al Qaeda y se inmoló allí mismo. Afortunadamente no hubo que lamentar daños entre la población civil, eso sí, el microondas quedó hecho un asco :-s. (Espero con fruición el comentario de Giovanni acerca de la influencia de la nacionalidad de la salsa en todo este asunto).

Como decía, cené y luego estuve un rato viendo la tele mientras el calentador eléctrico calentaba el agua lo suficiente como para poder ducharme. Me duché y decidí que ya plancharía la camisa al día siguiente pues estaba demasiado cansado. Y he aquí otra de las lecciones aprendidas: plancha siempre por la noche lo que te vayas a poner al día siguiente ;-). La verdad es que creo que, en Chicago, alguna vez planché antes de ir a trabajar, pero Torremolinos no es Chicago. Aproveché que era viernes para ir al trabajo con una camisa sin planchar (nueva, eso sí).

Antes de continuar con el camino al trabajo, sí quisiera comentar un par de cosillas sobre lo que fue la noche en sí. En primer lugar dormí en la cama grande, como es natural y hasta casi obligatorio. Todavía no entiendo cómo mi padre podía tener dudas al respecto :-D.
Además de dormir, lo hice a pierna suelta y sin pensar en que el otro lado de la cama estaba vacío, como ya me habían comentado antes. Me da que esas cosas las pienso más cuando llego después del trabajo sabiendo que un par de horas más tarde iré a pernoctar a la casa materna (hasta ahora siempre he dicho paterna, pero hoy intentaremos contentar a todos y todas).

Y la mañana llegó, salí de la casa cuando amanecía y el canto de los pajarillos todavía era perceptible en el jardín. Me dirigí al coche que había permanecido fielmente abajo, con sus 080800 kilómetros a cuestas. Bonito número. Unos cuantos kilómetros después, llegando al atasco, diría yo, marcaba 080808. Otro bonito número de no ser por el atasco en sí, atasco que me hizo llegar tarde al trabajo, algo que por otro lado no me importa demasiado pues son muchos más los días que me trabajo unos minutos (horas en el peor de los casos) de más que de menos ;-).

Y esto es todo pues esta vez no pienso contar lo que no voy a contar, que no es ni más ni menos que lo que pasó, o visto de otra forma lo que no pasó, la tarde del viernes :-P.

Un saludo, Domingo.

jueves, noviembre 09, 2006

Hipotecas

A falta de menos de una semana para que me revisen la mía y a falta de unas horas para que otra persona firme la suya me he decidido a escribir. No tenía pensado hacerlo, ayer de hecho ni me apetecía, pero así va cambiando uno de parecer. Y es que parece que no sólo la mujer es voluble como una pluma al viento, que dijo Verdi en su Rigoletto.

Pero el caso es que las cosas cambian, como los tipos de interés de las hipotecas y las cuotas asociadas, cuota que en mi caso subirá en torno a 70 euros según la última estimación. Las cosas cambian, como el Firefox 2 que ahora incorpora un diccionario que comprueba la ortografía de lo que escribo automáticamente y que implica que luego no necesitaré copiar en el Word para que me corrija.

Las cosas cambian, como cambia nuestro domicilio habitual. De hecho, aunque mi madre no lo sabe todavía, mañana dormiré en mi casa. Aprovecharé que tengo reunión de vecinos para pasar por primera vez la noche en mi propia casa. Además, con un poco de suerte, saldré a correr por la playa ya que según parece, no es sólo a mí a quien sienta bien sino a algún malhadado lector :-P.

Y por último, las cosas cambian, así como cambia tu opinión de las personas, o tu consideración o simplemente las circunstancias. Hoy apareció ella. La versión oficial decía que no quería hacerlo para no darme falsas esperanzas. En realidad la versión oficial estaba atrasada pues hace tiempo que yo sabía que las falsas esperanzas me las daba y me las quitaba yo. Las reales murieron, muy probablemente, tiempo atrás. Quizás dos meses atrás. Y bueno, ahí apareció, ignoro si expectante para ver si yo movía ficha. Aunque probablemente ni eso. El caso es que se vuelve a repetir la típica a la par que tópica frase que habla acerca de una bonita amistad. Y el caso también es que ahora viene a mi cabeza otra frase que de vez en cuando dice un compañero de trabajo: "si quieres un amigo, cómprate un perro".

A ver, ése no es precisamente mi estilo. Quizás debiera serlo, pero como por ahora no lo es, mi respuesta, la respuesta que tantas veces he gritado en mi cabeza, es que yo no voy a descartar una amistad, sin embargo la amistad es cosa de dos (lo otro también), en igualdad y son ambos los que no deben dejar que la hierba crezca de camino a la casa del otro. Con una particularidad, yo no tengo ganas de hacer el camino así que ya sabe lo que toca. Y es que parece que al final nadie queda a salvo de hipotecas. Es más, la hierba entre las dos casas sigue intacta y apostaría que así seguirá durante un tiempo que puede ser incluso largo.

Por cierto y antes de acabar, precisamente esta tarde estuve hablando con la persona que previó mi fracaso (fracaso que a simple vista hasta yo preveía). Aparte de resultarme gracioso el hecho de que casi me pidiera perdón y que me dijera que la próxima vez intentaría callarse sus pensamientos, aparte de eso me preguntó si no sería yo demasiado "mañoso", epíteto que no sabía yo si traducir por "licencioso" o por "pesado". Al final, parece ser que se refería a éste último. Tras pensarlo mínimamente llegué a la conclusión de que no. A ver, quizás haya podido serlo en términos relativos, pero no creo haberlo sido en términos absolutos. La explicación que le di pareció que era satisfactoria, quedando yo como un no "mañoso" o no "muy mañoso". Y antes de despedirse, lo que sí ha hecho es aconsejarme que lo intente en distancias más cortas, algo que además de lógico y casi obvio, en mi caso parece más que indicado ... por lo menos, que pasen el mal rato ;-).

Un saludo, Domingo.

sábado, noviembre 04, 2006

Goooolpe a Goooolpe, verso a verso

¿Algún motivo para este título?. Pues sí, varios de hecho. El primero es que de acabar así los partidos actuales de Hattrick, habría certificado mi primer puesto y sólo quedaría a expensas de saber si juego promoción (que sería lo más probable) o asciendo directamente.

El segundo es que parece que ésa es la forma en la que vamos aprendiendo ( y también aprehendiendo) las cosas en la vida. Se podría decir también que no es sino el "ensayo y error" tras pasar por un par de sesiones de botox. Por cierto, como anécdota, la primera vez que escuché esa palabreja y supe lo que era, fue en EEUU. Allí un chino nacionalizado estadounidense, majísimo, pero perfectamente definido por uno de mis compañeros de trabajo como "una mariquita loca", hablaba con una estadounidense hija de mejicanos y una afroamericana de que se quería someter a una sesión de botox para quitarse las arrugas. Y todo esto en presencia de los españoles, así que el cuadro no podría ser más colorista :-).

Bueno, pero ¿hay alguna razón más para ese título en especial?. Pues sí, que hay una tercera razón. Me llegó el otro día una presentación Powerpoint con la canción cantada por Serrat y la letra sobreimpresa, acompañándolo al mismo tiempo. Es la típica presentación cuya única utilidad es la de contemplar algo bello, algo que quizás nos haga evocar otros tiempos u otros espacio/tiempos en los que nos gustaría estar. Quizás por ese motivo cambié el "estado" del Messenger a "Golpe a golpe, verso a verso".

Es curioso pues incluso aunque yo tengo fama de enviar/reenviar muchas cosas, creo que las presentaciones de ese tipo no son ni con mucho mis favoritas. Prefiero mandar noticias o enlaces a vídeos de youtube. Casi diría que cualquier cosa que no "pese" mucho. Puede ser un comportamiento residual de cuando mi conexión era más lenta, no sé. Como decía, en general estas cosas no son mis favoritas pero sí que durante esta semana me he encontrado viendo varias de ellas con otros ojos. Quizás fuera mi estado de ánimo, no lo sé, quizás simplemente que la gente evoluciona.

El caso es que hace un rato recibí una repleta de fotos de ballenas y aún pasándola rápido, las he pasado menos rápido que de costumbre, fijándome sobre todo en la gran cantidad de ballena que sobresalía del agua y también en la gran cantidad de agua que llevaban sobre el cuerpo y por él se escurría haciendo valer su derecho gravitatorio.

Y el caso es también que hace poco también recibí de nuevo una presentación en la cual dos jóvenes se acercan por turnos a un venerable anciano preguntándole cómo son las gentes del pueblo al que acaban de llegar y éste les responde con la siguiente pregunta:
"¿Cómo eran las del pueblo que acabas de dejar?.
A esta pregunta uno respondía que eran muy amables, cariñosas, bondadosas y que le había costado la misma vida separarse de ellos. El otro respondía que las suyas eran malvadas, mezquinas y tan dañinas que no había visto el momento para dejarlas atrás. El sabio anciano respondió lo mismo a los dos: "Pues así son aquí en este pueblo".
Tras irse el segundo, alguien que había presenciado las dos conversaciones le pregunta cómo puede decir algo tan dispar a dos preguntas iguales y el anciano responde que ha contestado la realidad pues todo dependerá de lo que lleven esos jóvenes en su interior (más o menos).

Y no hace mucho me llegó también una versión parecida en la cual un travieso perrito vagabundo se cuela en una casa abandonada. Cuál no sería su sorpresa al ver que otros cien perros como él lo miraban fijamente. Sintió que estaba en peligro y se preparó para atacar, consiguiendo únicamente que los otros cien perros hicieran lo mismo. Ahuyentado por la aplastante superioridad numérica decide irse de la casa y no volver allí en su vida. A continuación entra otro perro y la escena se repite. Se repite con la diferencia de que este perro vagabundo, tan necesitado de cariño, afecto o simplemente compañía se alegra sobremanera al ver a tantos de sus congéneres. Ipso facto, recibe el mismo trato y los cien perros se alegran y dan botes como él. Pasa unas horas jugando con ellos y rendido sale de la casa decidido a volver algún día. Cuando sale de ella, pasa por un letrero que no puede leer pero que reza así: "La casa de los cien espejos".

Y para completar la terna, también hace poco, buscaba frases célebres (no digo citas porque quedaría muy mal, aunque en realidad es lo que debería hacer ;-D) para poder "adornar" el Messenger del trabajo. Entre las candidatas, una que creo que ya puse hace tiempo: "Tanto si crees que puedes, como si crees que no, estás en lo cierto".

Y sobre estas cosas en general y esta frase en particular, me encontraba yo reflexionando el martes pasado mientras corría por la playa. Decidí que era algo que debía contar en el blog y mi intención era haberlo hecho en la entrada anterior. Sin embargo, llegado el momento no recordé hacerlo. También es cierto que hubiera supuesto el hacer la entrada mucho más larga y pesada así que quizás no hay mal que por bien no venga.

Y es que mientras corría pensaba yo en mis últimos desencantos y pensaba yo en que ya alguien me advirtió que alguien me advirtió acerca del peligro de intentar las cosas, ese tipo de cosas en concreto, considerando la posibilidad del fallo. Venía a ser algo parecido a lo que decía la frase, si vas pensando que va a fallar, lo hará. En ese sentido el problema es que, quizás por mi formación matemática, es una necesidad imperiosa para mí el tener en cuenta que las cosas puedan fallar. Se trata simplemente de hacerlo lo mejor posible, de forma que si luego falla no te puedas reprochar nada. Y así procuro, o al menos eso creo, hacer las cosas.

Pero por otro lado no dejo de reconocer que parte de razón, cuando no mucha, tienen la frase y la persona. Nuestra percepción de las cosas es algo realmente importante que sin duda nos alienta o desalienta, dándonos o quitándonos ese puntito que a veces es el que hace falta para conseguir las cosas. Es una especie de placebo personal, por poner una analogía con los placebo en medicina.

Yo siempre recuerdo mi último año de facultad. Me había propuesto sacar una serie de asignaturas en junio, otras en septiembre y por último, las restantes en diciembre. El plan no era descabellado y para mí tenía todo el sentido del mundo. Es más, llegó junio y, sin hacer ningún esfuerzo extra, logré aprobar las que me había marcado como objetivo. Fue el primer momento en el que pensé ... "Ha salido todo bien, demasiado bien; debía haber sido más ambicioso y quizás podría acabar en septiembre en vez de en diciembre".

Y durante el verano empecé a estudiar las que me quedaban, intentando, dentro de lo posible, poder acabar en septiembre. Fue un verano interesante, un verano en el que aprendí lo que me tocaría vivir años más tarde, momentos de indecisión en los que según tu estado de ánimo (y cómo hayan salido los últimos problemas) te ves aprobando todo en septiembre o, por el contrario, fracasando estrepitosamente. Al final me encontré de nuevo con la situación prevista, aprobé las que pensé que aprobaría en septiembre y suspendí la que pensé que suspendería. También es cierto que en este caso hubo influyó algo el azar pues los apuntes que tenía no eran todo lo bueno que debieran haber sido y difícilmente hubiera conseguido aprobar en septiembre. Para diciembre sí que iba provisto de otros apuntes mucho mejor ordenados y estructurados (en particular a diferencia de los primeros, en éstos la persona se había enterado de lo que el profesor había querido decir, no había copiado la pizarra y ya está. Y en diciembre aprobé la última asignatura que me quedaba.

Fueron sin duda unos meses intensos, quizás eso me ha quitado las ganas de opositar con posterioridad, no lo sé, pero sí que lo recuerdo como algo que desgastaba y mucho el estar tantos meses estudiando. Acabé muy contento pero sí que es cierto que me quedé con la espinita de haber sido más ambicioso en mis pronósticos iniciales, ya que quizás (o mejor dicho, probablemente) los hubiera conseguido también.

En fin, en todo ese batiburrillo iba pensando mientras corría. Pensando en que quizás tenía que haber ido desechando la posibilidad de derrota, con la consecuencia ulterior de que el golpe hubiera sido mayor o con la consecuencia contraria, ¿quién sabe?. El caso es que tampoco tiene mucho sentido ya mirar hacia atrás, por más que uno se empeñe en hacerlo, en buscar justificaciones imaginarias, en fantasear con situaciones imposibles o simplemente en recordar al levantarte lo que has soñado, probablemente señal inequívoca de que mientras cruzabas el río Jordán (o quizás fuera el Rubicone), has parado un segundo para echar una cabezadita.

Por cierto, gané mi partido y ya soy matemáticamente el campeón del grupo ;-).

Un saludo, Domingo.

miércoles, noviembre 01, 2006

Uno de noviembre

Uno de noviembre, festivo, temprano y yo aquí tecleando. La verdad es que esta semana se está presentando como una copia (no sé si buena o mala) de la pasada. Por ahora, en ambas salí a correr por la playa, aunque es cierto que en ésta iba mejor equipado y con la lección aprendida. Por ahora también he tenido que llevar a mi tío al hospital, casi a hurtadillas, para que mi abuela no lo advirtiera. Ése es entre otros el motivo de que esté ahora aquí tras haber terminado de leer el libro que comentaré a continuación en el otro blog.

Es más, ésas dos cosas han pasado justo a los siete días. Todavía hay una tercera coincidencia, aunque menos, y es que ambas semanas tendrán para mí cuatro días laborables pues el viernes pasado no trabajé. ¿Y sobre el resto de la semana?. Pues sinceramente no lo sé, aunque quien haya leído la crónica de la semana anterior ya más o menos se hará una idea de lo que cabría esperar. Sin embargo, no creo que vayan a ir repitiéndose todas las cosas. Sería demasiada casualidad ¿no?.

Bueno, voy a ver si escribo el breve comentario del libro, desayuno, tiro para el piso y me pongo a montar y tirar muebles. Sólo espero darme cuenta de qué muebles tiro, no vaya a ser que tire los mismos que monto ;-).

Un saludo, Domingo.

El final de octubre

Hoy, o mejor dicho ayer, 31 de octubre éramos nuevamente testigos de cómo se nos fugaba un nuevo mes. Y este encima de los de 31 días. Y es que el tiempo vuela.

El caso es que casi desde el principio del día tenía claro que quería escribir sobre el mismo, quizás porque ya tocaba, quizás porque me apetecía, quizás porque de alguna forma quería expresar los pensamientos que por mi cabeza pasan. Y es que a veces los pensamientos pasan por la cabeza como pasan los días y los meses, ésos mismos días y meses que con el actual uno de noviembre nos anuncian que hemos traspasado ya el 83,33% del año (ó los cinco sextos, los aficionados al baloncesto, si alguno hay, habrán reconocido el porcentaje ;-D).

Una de las primeras cosas que hice esta mañana fue cambiar la frase que siempre pongo en el messenger del trabajo. Hoy busqué frases relacionadas con "La Razón" (no el periódico) y la segunda me pareció no sólo acertadísima sino también la más apropiada para mi estado de ánimo actual. La frase no era otra más que:
"Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce.", Jean Jacques Rousseau

Y casi al mismo tiempo (aunque en realidad no recuerdo qué hice primero), me envié un mensaje a mí mismo para recordarme que en el blog hablara de la canción "El peligro" de Revólver. Se trata de una canción a la que ya creo que he hecho referencia en alguna otra ocasión aunque si mal no recuerdo, por motivos meramente estéticos. Vamos que me gusta y ya está. Sin embargo, esta vez sí que iba leyendo entre líneas mientras echaba un vistazo a la letra. Casi con toda seguridad, ése era el motivo para reenviarme el enlace con la letra y recordarme así que hablara de ella en el blog.

El resto del día pasó sin demasiada pena o gloria. O quizás debería decir con más pena que gloria pensando en cosas como en proponer algo al comité de empleados cuya misión es presentar a los jefes las inquietudes de los que no somos jefes. En particular se me ocurrió la idea de hacer una "Caravana de mujeres" en la empresa. De hecho, para que fuera un éxito, sólo había que hacer correr el rumor de que yo iría. Hay que reconocer que la idea es buena, sin embargo mi habitual timidez para según qué cosas decidió que mejor que liderar el cambio era liderarlo en la sombra, consiguiendo que alguien hiciera suyas mis ideas. Fracaso absoluto, por supuesto :-).

Llegó el final del día y mientras conducía hacia el piso iba pensando de nuevo en ella. Parece mentira, debido a muchas y variadas circunstancias, parece mentira, pero así es. Sin embargo tenía meridianamente claro que hoy saldría a correr por la playa. Como dice el anuncio del complejo vitamínico ... para los estados carenciales del organismo ... correr y a ser posible por la playa.

Me pasé antes por una tienda y compré un mueble que teóricamente montaré mañana y prácticamente pagaré en un par de meses. El mueble viene en un kit de montaje, dos embalajes de 28 y 32 kilos respectivamente. Aprovechando que era la noche de Halloween, me acordé de todos los ascendientes cuyo estado civil es: "fenecido" del mueblecito de marras. Bueno, el caso es que subí el mueble al piso y me preparé para salir a correr.

A diferencia de la semana pasada, esta vez no llevaba el bañador sino las típicas mallas de corredor, ésas que unidas a la agujereada camiseta no hacían sino ... nada, en realidad tampoco es que hicieran mucho, ni que yo fuera Fermín Cacho. Y así ataviado salí a correr, llegué corriendo a la playa y tras un primer esfuerzo contra la arena suelta, llegué a la orilla donde otra arena más apelmazada a la vez que mojada facilitaba mis evoluciones.

Empecé además con un ritmo más o menos alegre y procurando en todo momento esquivar las traicioneras aguas del Mediterráneo que amenazaban con inundar mi depauperado calzado. Y es que tras varios años corriendo y posteriormente jugando al fútbol con ellas, las zapatillas semirrotas que tengo allí hasta que me lleve las buenas (afortunadamente por la arena no importa tanto si la suela está más o menos gastada o por dónde), tienen algún que otro agujero.

Como decía, con ese trote cochinero a la par que alegre que me caracteriza crucé dos tercios de playa sin ninguna novedad más que el asombro al ver que no pensaba en futuribles, en cosas que podían haber sido pero no eran, en cosas que probablemente tampoco serían, sino en que con un poco de suerte me darán la nota de la prueba de inglés y será lo suficientemente alta como para empezar a estudiar francés y aprovechar además el proyecto actual para aprender con más velocidad.

Y en esto que llegué hasta donde estaban los del "Surfcasting", o pesca desde la playa (gracias Giovanni por el término y el enlace). Los pasé y llegando al final de la playa me encuentro con un señor subsahariano (que es la forma políticamente correcta de decir que el color de su tez a pleno sol es el mismo que el de la tuya con luna nueva) que se metía en la playa y se escondía tras una hamaca, protegido por la seguridad que la escasa luz de la zona y su parapeto le brindaban. Sigo corriendo y a pocos metros del final veo aparecer a un agente de la autoridad motorizado. Mi primera intención es llamar su atención e indicarle dónde se encontraba el fugitivo. Sin embargo un cúmulo de sentimientos y razones hacen que desista. En primer lugar yo estaba lejos del agente y del fugitivo. En segundo lugar dudaba entre si sería un simple indocumentado intentando ganarse la vida honradamente o un ladrón que había robado el bolso que consigo llevaba y en tercer lugar y mucho más importante, tuve miedo de que pudiera identificarme y viniera a pedirme consejo sobre qué ordenador comprarse en un futuro. Así que seguí corriendo y postergué la decisión hasta dentro de unos minutos cuando en dirección contraria fuera más fácil desviarse sibilinamente hacia donde se encontraba el señor agente. Pero esto nunca ocurrió pues pasado un minuto o así la moto partió en la misma dirección por la que vino, pero con diferente sentido.

Pasé de nuevo a mi nuevo amigo subsahariano quien no pareció darse cuenta de que yo estaba allí a pesar de mis ruidosas pisadas sobre la arena. Arena por cierto que se empeñaba en gastarme alguna que otra broma acompañada por su amiga el agua. De hecho, en ese momento volví a ensimismarme y a pensar en las tonterías que escribiría en el blog. Y pensé que correr por la playa está muy bien, pero siempre y cuando no te encuentres situaciones como la anterior y siempre y cuando no te entre flato. Y si te entra flato, por lo menos a la hora de echar los gases para afuera, éstos elijan las vías inferiores en vez de las superiores pues por la cara A, algo te frenarán y por la cara B algo te impulsarán. Es como aquel sketch de Faemino y Cansado donde hacían de superhéroes y en particular uno de ellos hacía de: "el hombre pedo" y al preguntarle el otro cómo viajaba él de un lado para otro respondía ... "Yo me propulso".

Gracias a Dios el flato duró poco y entonces me pude concentrar en el agua, en la arena y en Bruce Lee. Me di cuenta de que además de no pensar en según qué cosas, de hacer deporte y de sentirme bien, estaba siguiendo la famosa (ahora) filosofía de Bruce Lee del "Be like water, my friend". "Put water in a bottle and it becomes the bottle, put water in a teapot and it becomes the teapot. Water can flow, or it can crush, be water my friend.". Creo que eso más o menos es lo que decía. Por cierto, el link lleva a la entrevista completa doblada en español. Pero volviendo al asunto que nos ocupa, me di cuenta de que cuando la marea se internaba en la arena seca, yo me internaba en la arena seca, y que cuando ésta volvía hacia adentro, y dejaba la arena mojada al descubierto, yo volvía a la arena mojada. Yo estaba siendo como el agua, si Bruce me ve me da un beso (o me rompe los piños sin querer porque él no daba golpes, los golpes se daban solitos). Aunque también pensé que en cierta forma yo no estaba siendo como el agua, sino todo lo contrario. Estaba siendo una especie de anti-agua. ¿La explicación?. Cuando el agua decidida y brava llegaba un metro más atrás de la cuenta, yo patética y cobardemente me esforzaba por dar minizancadas semihundido en la arena seca. Sin embargo cuando el agua temerosa, quizás exhausta del largo viaje no podía sino morir antes de la cuenta, allí estaba yo valeroso y presumido pisoteando lo que unos segundos antes había sido territorio del agua. Vale sí, es posible que necesite una mujer en mi vida que me quite todas esas tonterías de la cabeza. Sin embargo fue lo que pensé, no puedo evitarlo.

Seguí corriendo por la playa y eventualmente llegué a otro extremo y de nuevo al punto de origen. No sé cuánto tiempo habré estado corriendo pero no creo que menos de 45 minutos. Además esta vez sólo me mojé un par de veces, otro de los motivos por los que estaba especialmente contento.

Una vez acabada la carrera, tocaba sesión de baño. Estaba sudando y me metí en el agua que estaba fresquita pero no fría. No sé si alguna vez me pueda pasar factura, aunque probablemente en invierno, ahora era más bien una sesión de activación de la circulación sanguínea. Fui entrando poco a poco, acostumbrando sobre todo mis muñecas a la nueva temperatura y pasados unos 5 minutos ya estaba en el agua disfrutando. Parece mentira, 31 de octubre y el agua genial.

A esto que veo pasar por el paseo marítimo lo que parece ser una chica marroquí con la cabeza envuelta en un velo blanco y corriendo a todo trapo. Me llamó la atención en primer lugar lo delgada que estaba y la velocidad a la que corría. Pensé que lo mismo gustaba de practicar deporte, si bien todo resultaba un tanto extraño. De repente paró de correr y siguió andando como si no pasara nada. Unos metros después se encontró con una pareja y les hizo un saludo con la mano. Supuse que sería algún saludo árabe. Bueno, me olvido momentáneamente de la chica, nado un poco (lo poco que mi escasa habilidad y mi categoría "peso plomo" me permiten) y pongo rumbo a casa. Y hete aquí que a mitad de camino me encuentro de nuevo con la chica, sólo que ya pude ver que no era tal chica, sino chico. Y que el traje no era el típico árabe (o quizás sí) sino que estaba disfrazado de fantasma. Y claro, el saludo no era tal saludo sino petición de caramelos :-S. Y yo de pequeño quería ser detective. Menos mal que no me puse a ello.

En cualquier caso, es la primera vez que asisto a un espectáculo de este tipo. Los disfraces de los niños (luego vi un montón de niños con diferentes disfraces) estaban todos muy bien hechos y parecían típicos niños americanos chantajeándote con su "Trick or treat". O su versión española "susto o muerte", versión que me vino de nuevo al pelo para una de las últimas pensadas de la noche. Yendo de camino a casa me di cuenta de lo afortunado que era. Quizás no me hubiera acompañado nadie a la playa, quizás no hubiera nadie esperándome (como en la canción de Revólver) en casa, pero allí estaba yo después de haber estado corriendo y nadando, más feliz que una perdiz. Y si alguien hay de quien yo pudiera pensar ... "ojalá que las cosas hubieran sido de forma diferente", en realidad tengo que quedarme con un ... "pues ella se lo pierde; cuando le dieron a elegir entre susto y muerte, que hubiera elegido muerte" :-P.

Un saludo, Domingo.