martes, febrero 28, 2006

¿Con los pies en la tierra?

Esto podría referirse a los jugadores del Madrid y a su ex-presidente, pero también podría no referirse a ellos.

Hay veces en los que uno sueña, confundiendo ilusión y realidad. Hay veces en los que uno se ilusiona y sueña con una realidad onírica. Hay veces en los que uno es realista y sabe que los sueños son sólo ilusiones.

Siempre que uno se ilusiona y sueña, se pierde contacto con la realidad porque siempre la fría realidad resulta menos apetecible que la apetecible ilusión que por supuesto hemos construido a medida.

Siempre que uno es realista, se vuelve reticente a los sueños pues los sueños ... sueños son.

Siempre que uno sueña, acaba despertando y abriendo a los ojos a la realidad (no siempre físicamente). Se produce justo en ese momento un deslumbramiento por el platónico contraste entre ilusión y realidad. En ese momento, cuando uno se encuentra enceguecido, cuando uno está a medio camino entre ilusión y realidad, es cuando uno es más vulnerable a todo tipo de sentimientos, buenos y malos.

Conclusiones:
Las ilusiones, no son del todo malas. En el peor de los casos se vuelven un sano substituto del etanol del dipsómano, la hierba del porreta, el fútbol, la religión o el Mátrix de los demás(ojo, entiéndase bien lo de la religión y el fútbol ;-D). En el mejor de los casos nos insufla la energía extra que necesitamos para alcanzar nuestros sueños. Ya lo decía Eleanor Roosevelt "El futuro pertenece a aquéllos que creen en la belleza de sus sueños".

Las ilusiones, no son del todo buenas. La pérdida de contacto con la realidad conlleva implícitamente un riesgo de desilusión, de desengaño de "parada brusca" que diría un montañero.

¿La realidad?. Pues lo mismo pero al revés; algo que debería ser antitético y sin embargo no lo es.

Y por último, ¿los sueños?. Pues si son físicos no pasa nada pues al despertar, probablemente ni los recordemos. Si no son físicos ya entran en la categoría de las ilusiones y es aplicable todo lo anterior.

En cualquier caso, como casi todo, se trata de encontrar el equilibrio adecuado para nuestra persona y por encima de todo, disfrutar de lo bueno y aprender hasta de las piedras que ni se mueven con tal de no revelarnos su sabiduría. ¿Y en el ínterin mientras no se sabe si algo es bueno o malo, si saldrá bien o no saldrá, si estás en las nubes o con los pies en el suelo?. Pues en el ínterin es precisamente donde estamos.

Un saludo, Domingo.

viernes, febrero 24, 2006

El final de una semana difícil

Quedan unas cuantas horas para que acabe este viernes y quizás no debería hablar todavía, pero bueno, espero que esta semana se quede aquí (laboralmente hablando).

Esta semana he tenido mi atención dividida entre un curso del que era instructor, y el proyecto del que supuestamente debía desentenderme mientras era instructor. Claro, que eso era sólo la teoría. En la práctica el proyecto no acababa, sino que seguía y es más, cuando yo acababa con el curso, pues el proyecto empezaba conmigo.

Empezó la semana con los franceses y sus urgencias, y lo que es peor, a veces urgencias sobre sus propias contradicciones. En eso pasaron lunes y martes y el miércoles tocaba entrega. Total que en vez de salir a las 7 de la tarde, salí casi a las 11 de la noche. Ahí empecé a sospechar que quizás ésta no iba a ser mi semana. Aunque tampoco sospeché que iba a ser la semana de mi coche.

Esa misma noche, tuve que aparcar en mi calle donde están haciendo obras, y donde ahora más que nunca, hay problemas para aparcar. El ayuntamiento parece que ha decidido convertir en parque para niños una zona donde, por la noche, aparcan decenas largas de coches. No es que yo tenga nada en contra con los niños, válgame Dios, es más, todo lo contrario. Pero sí es cierto que estando mi calle como está rodeada de tres parques similares cada uno de ellos a menos de 100 metros, uno empieza a pensar que quizás quieren que la próxima vez que propongan hacer aparcamientos públicos para que la gente los compre, éstos tengan una mayor aceptación que los que sacaron la última vez y cuyo proyecto finalmente desecharon.

Bueno, el caso es que cuando me levanté, me encontré con que habían cerrado la calle con una valla de señalización. No fue excesivamente grave, moví la valla y pasé. Eso era el jueves, es decir ayer. El día no fue tampoco muy allá, incluyendo una conferencia telefónica con los franceses de hora y media larga en la que no hubo forma de que se enteraran de cosas de las que ya habían escuchado hablar, que habían recibido por escrito en varias ocasiones, a las que no había forma de que respondieran, y de las que encima nosotros éramos los culpables por sólo haber enviado 30 correos y no haber enviado el 31. Vivir para ver o para escuchar.

Si alguien lo piensa, sí, efectivamente debí haber dejado el poleo menta (para esa garganta que tanto sufría en el curso) por una tilita de efectos balsámicos, pero como había curso ... pues nada, poleo. Afortunadamente llegó el jueves por la tarde/noche, y, cómo no, otra vez problemas para aparcar. Aparqué esta vez en el típico sitio donde todo el mundo aparca, pero que teóricamente no es hábil para ello. Esta vez consentí en aparcar allí pues el viernes entraba antes y no habría ningún problema. Craso error ... el viernes, hoy, me levanté y el coche se negaba a arrancar. Encima estaba cuesta arriba por lo que probar suerte con una racha tampoco era factible. Así que llamé a mi hermano al móvil del trabajo para pedirle su coche, y esperando que me colgara. Pude coger su coche pues él había cogido la moto, pero no me colgó, por lo cual no sé cuánto me habrá gastado de saldo esa llamadita.

En fin, me dirigí al trabajo derrotado, contando ya con la factura de la pieza que estuviera rota, más la multa que me pondrían pues evidentemente la semana no podía quedar así. Y efectivamente no quedó así, tras rematar el curso de una forma aceptable, siguió el proyecto y siguieron los franceses. Más de lo mismo. Total, salí a las 4 cuando debía haber salido a las 3. Ahora, se ve que justo ahí empezó a cambiar mi suerte (no debería hablar muy alto). Llegué y no me habían multado, al rato apareció mi padre con una batería y de repente el coche volvió a la vida y ahora ... aquí estoy a ver si me decido a echar cuentas sobre lo que me cuesta arreglar el piso o si directamente me pongo a ver una peli. No sé, algo haremos. Lo único que espero es que la semana ... laboral, haya llegado hasta aquí.

¿En cuanto a la semana que viene?. Ufff, menudo jaleo me espera. Miles de cosas pendientes, hondonadas de hostias que nos van a llover por todos los lados y esta vez, de franceses y españoles. Sin embargo, eso será ya la semana próxima y para eso todavía quedan 48 horas de paz y quietud ;-).

Un saludo, Domingo.

martes, febrero 21, 2006

Subconsciente

Hoy sabía que tenía que escribir, pero no sabía sobre qué. Pensaba en escribir quizás sobre una frase que me llevaba rondando la cabeza unos días: "Es que las mujeres somos muy malas, ni te lo imaginas". Y yo me preguntaba ... ¿será verdad? ¿serán tan astutas, ladinas, taimadas, pérfidas y malvadas como ellas mismas se autoproclaman?.

Y ahí estaba yo rumiando la idea a ratos intermitentes cuando al ir a ducharme me encontré tarareando una canción, una animada musiquilla que me sonaba muy familiar. ¿Qué canción es ésta? ... tras tararearla un par de veces caí en el autor, "José Manuel Soto" y en el título y la letra "Déjate querer" ; ya se imaginará todo el mundo, aquélla de

"No me niegues un beso,
sólo por eso, mala mujer,
déjate querer,
mujer déjate querer,
déjate querer, mujer cruel"

Y me dije ... "Madre mía con mi subconsciente :-O". Intenté memorizar algún detalle importante que me permitiera recordarla después cuando me dispusiera a escribir esto que escribo, y memoricé el artista, lo cual, afortunadamente fue suficiente.

Pero no para la cosa aquí, voy a meterme en la ducha y entonces me encuentro con otra canción, más conocida si cabe, de Camilo Sesto ...

"Siempre me vengo a enamorar,
de quién de mí no se enamora,
y por eso el alma llora,
.....
Y ya no puedo, más, Y ya no puedo, más,
siempre se repite la misma historia
Y ya no puedo, más, Y ya no puedo, más,
estoy harto de rodar como una noriaaaa"

Y entonces me digo ... "A ver, que no es para tanto, que simplemente no habrá podido escribir, ¿no te estás pasando?". Así que intento quitarme las dos canciones de la cabeza ... con gran éxito en cuanto a las canciones, que no en cuanto a la intención pues entonces la canción que me llega es la de Miguel Sáez:

"Mala mujer, me has hecho daño,
me has llenado de pena y engaño,
y hasta en el alma me has herido,
me has llevado por dónde has querido"

En fin, que harto ya de luchar contra mi inconsciente ... me metí en la ducha, ducha reparadora donde las haya y tras la cena y el 0-1 del Arsenal al Madrid, mientras reenviaba alguna que otra cosa graciosa llegó el correo.
"Hola Domingo, Al fin hoy he tenido acceso a Internet!!! " ...

Ummm esto ... mi subconsciente ahora grita ...

"Escucha hermano la canción de la alegríaa ...." :-D.

Y es que a veces las cosas son sólo, única y exclusivamente, simple y llanamente ... lo que parecen ;-).

Un saludo, Domingo.

martes, febrero 14, 2006

14/02/2006 tan igual, tan diferente

Ayer era el día ... de los enamorados ... laralalalalalalala ...

http://www.culturalianet.com/imatges/articulos/12093-1.jpg

Y nadie me regaló nada .... bueno sí una caja llena .... llena, llena, llenita de nada ... hasta los topes de nada ... la nada sobresalía por los bordes de la caja ... pero no pasaba nada porque nada se caía.

Eso escribía yo hace un año ... casi. Y casi un año después, todo sigue tan igual y es a la vez tan distinto ...

Este año no me domina la ironía, este año casi que ni la tristeza, ni la envidia, ni la añoranza, ni el deseo, ni me embarga la desesperanza, ni el abatimiento, ni ningún otro tipo de estado pre-depresivo. ¿Verdad que tampoco se notaba el año pasado :-D?. Este año tengo la suerte de estar ilusionado, esperanzado, confuso, de tener la sensación de estar bajo los efectos de la anestesia general, pero con la relativa seguridad de que despertaré en unos días, en unas semanas, en dos o tres meses ... con el absoluto convencimiento de que todo saldrá bien.

¿Y si a pesar de todo no sale bien? Pues al menos sabré que no puedo reprocharme nada. Pero ahora mismo me resulta imposible ..., bueno sí que me resulta posible, pero me niego a considerar esa opción como una posibilidad real.

Va por ti.

Un saludo, Domingo.

sábado, febrero 11, 2006

Como en los "estates"

En unos meses hará dos años que estuve en EEUU. Madre mía, ¡cómo pasa el tiempo!. Y como comentaba en la entrada anterior, algunas cosas han cambiado, muchas de hecho. Otras en cambio siguen iguales. Pero no son éstas últimas de las que quiero hablar, sino de las primeras, las cosas que han cambiado. Y esta vez, al revés que en la anterior entrada, no hablaré de mí mismo. O no tanto :-).

Llegué a los EEUU, comprobé que P.D. no había ido a buscarme como prometió y cogí un taxi para el 440 de Wabash Av. Allí, en la 4203, estaba mi apartamento, apartamento que pudo ser mío por sólo 50Kilitos, una auténtica ganga, la verdad, para el apartamento y la zona en la que estaba. En fin, más nos valdrá que nos centremos. Allí en el salón había un típico (después en las películas he podido ver que es típico) mueble que al abrirse mostraba la televisión. Y es esa misma televisión la que de vez en cuando yo veía. Aunque veía poca, alguna serie o película podía caer de vez en cuando.

Un programa que sí veía con más asiduidad, era el programa de Howard Stern, http://en.wikipedia.org/wiki/Howard_Stern , un tipo al que solían ( e imagino que suelen) multar por el contenido del programa o por sus comentarios. El show era generalmente divertido y, de forma muy habitual, invitaba a chicas impresionantes. Recuerdo que una vez invitó a tres actrices porno que participaron en un concurso :-O. Cada media hora tenían que beber una cierta cantidad de líquido y ganaba la que aguantase más sin ir al baño. Participó también un tipo (el único chico concursante) del programa que llegó a la final si mal no recuerdo.

Había también otra sección en la que otro de los colaboradores del programa se medía en una prueba de cultura general a una pareja. Mejor dicho, competía al hombre y si le ganaba, la chica se tenía que desnudar en público. De las tres o cuatro veces que pusieron la sección, no lo vi nunca perder. Eso sí, por supuesto las escenas de los desnudos estaban convenientemente pixeladas para que no se viera nada. Pero ya se sabe cómo son allí para esas cosas.

Y una vez hemos paseado por un programa estrella en la televisión americana, llegamos al meollo del asunto, la evolución de nuestra tele. Empecemos por la publicidad. La publicidad allí hace palidecer a la de nuestras cadenas pero por mucho. Entre otras cosas, las películas las "recortan" para emitirlas en televisión para acomodarlas al poco tiempo que la publicidad les deja (y algún mal pensado dice también que para quitar alguna escena subida de tono que pueda haber).

Por otro lado, la publicidad es como ya sabemos, mucho más directa que la nuestra. Arremete contra la competencia sin problemas. Tómate las pastillas A que te curan en 1 semana en vez de en un mes que es lo que tardan las pastillas B. Desde hace unos años, también tenemos nosotros a las compañías de zumos restregándose su porcentaje de zumo y cosas por el estilo, pero no es lo mismo.

Y además existía allí otro tipo de anuncios que aquí no estábamos acostumbrados a ver, anuncios para los que tenían líneas de crédito bajas, problemas con los bancos, problemas en sus negocios etc. Muchas veces era el abogado de turno el que aparecía en tv con un ... "Soy experto en declaraciones en quiebra, si necesitas declararte en quiebra, llámame" y cosas por el estilo.

Todo eso está llegando a nosotros. Ahora no sólo tenemos las empresas que te "prestan" 3000 euros en un periquete por un módico interés del veintitantos por ciento. Ahora además tenemos empresas que reunifican todas tus deudas en una sola. Y te ahorran lo más grande, casi que asumen tu deuda y te pagan por ello. Ese tipo de anuncios no estaba aquí cuando yo fui, o al menos yo no lo había visto.

Y por último, los programas. Allí pude experimentar en mis propias carnes lo que son los reality shows. Un reality show no es un programa al que gente de dudosas entendederas van para contarles a quien quiera oírlos que el novio o la novia los ha engañado y lo saben pero que quieren perdonarles o darles viento o ... No, allí reality es REALITY. Recuerdo una tarde en el gimnasio uno de esos programas, lo que no recuerdo es el nombre. Básicamente, la gente que quería una operación de cirugía estética iba y el programa se la pagaba, eso sí, emitiendo pormenorizadamente el antes, el durante y el después y mostrando cómo con dinero y bisturí se puede hacer de una persona, dos totalmente diferentes.

Estaban también los programas que mostraban la vida de alguien. Uno de los que tenía más fama era el programa de Ashlee Simpson. Cantante y a su vez hermana de la cantante Jessica Simpson. Podías verla haciendo lo que habitualmente hacía, camino de convertirse en una gran Pop-star. No sé si vi un episodio donde daba su primer concierto. Otra parecida era la hija de Hulk Hogan, que sin que su padre tuviera que mover ni un músculo, empezaba su carrera musical.

Caso aparte merecen los "Operación triunfo". Allí el programa era "American Idol" y creo que no llegué a verlo ninguna vez. Pero haciendo zapping sí llegué a ver:
  • "Fear Factor", que si mal no recuerdo intentó copiar Antena 3 (¿Factor Miedo?)con escaso éxito. El programa era en parte tipo "Endurance", haciendo pasar a la gente por circunstancias asquerosas o agobiantes según el caso. Eso sí, el programa se grababa en Las Vegas y las pruebas de altura mostraban unas panorámicas increíbles.
  • Un gran hermano de famosos donde no me quedó muy claro si Brigitte Nielsen se había acostado con un afro-americano al que programas más tarde humillaba abofeteándolo como en broma. Por cierto que el éxito de estos gran hermanos dependían en gran parte de que los concursantes se liaran entre sí (¿qué raro, no?) y como se iban a liar y además de forma explícita, ya venían de casa con un presupuesto para el pixelado posterior de las imágenes.
  • The Bachelor. Un tipo, generalmente bien posicionado, recibía a una serie de chicas (que lo querían por lo que era, no por lo que tenía). Las aspirantes tenían que ganarse no sólo al hombre, sino también a sus hijas que solían ser un duro escollo. Al final se suponía que se casaban.
  • The apprentice. Presentado por el multi-millonario Donald Trump, en uno de sus casinos de Las Vegas, el objetivo era demostrar que se era un crack de los negocios, y el premio, llegar a ser presidente, o vicepresidente de alguna de las empresas Trump.

En fin, que podías ver de todo. Igual que ahora aquí. Famosos bailando, famosos cantando, famosos cocinando ... me cabe la duda de si esos programas ya habrán salido allí, pero sea la respuesta positiva o negativa, lo innegable es que el reality show nos ha conquistado, o al menos ha conquistado nuestra tele. Y quizás es por eso por lo que cada vez veo menos.

Finalizo con un par de enlaces relacionados que quizás puedan complementar mi información:
http://www.lavox.com/protagonista/03-17-2003.php
http://166.114.28.115/20050730/mundo/mundo01.htm

Un saludo, Domingo.

sábado, febrero 04, 2006

La crisis de los 30

Me encontraba pensando esta mañana (después del obligado partido de fútbol de los sábados) acerca de cómo he cambiado durante el último par de años. Es curioso, puesto que tampoco es que hayan cambiado mis circunstancias personales en exceso, pero sí es cierto que para mí el cambio interno es evidente. No sé cómo lo vería alguien desde afuera. Ahora soy más conformista con algunas cosas, menos con otras, y lo peor de todo es que no sabría decir con cuáles, ni si esto es mejor o peor.

Tampoco ha sido un cambio brusco, pocos lo son. Más bien me veo como un barquito velero cuya derrota se ve modificada por pequeñas ráfagas de viento que, de forma intermitente y casi imperceptible, provocan un gradual cambio en la deriva. ¿Será eso que llaman madurez? ¿Será la crisis de los 40? o, quizás, simplemente es la forma en la que la crisis de los 30 se presenta ante mí.

Por este motivo he buscado por internet, a ver qué se decía sobre la tan traída y llevada crisis. Curiosamente, la mayoría de páginas que he encontrado son de internautas que hablan del tema, lo comentan y cuentan cosas como que de repente parece que se siente la necesidad de volver a tener 18 años, volver a salir viernes, sábados y casi los domingos también. Hay quien sitúa este período entre los 28 y los 30, aunque hay también quien lo sitúa justo después de que el dígito de las decenas llegue al 3.

Este tipo de crisis de los 30 no creo que me sea muy aplicable, la verdad. Entre otras cosas, no tengo ninguna añoranza de las noches de marcha con 18 años en las que nunca participé. Es posible que perdiera más que ganara, pero bueno, tampoco voy a disculparme por ello. En cualquier caso, y en el mío, la crisis de los 30 debe ser otra cosa.

He encontrado pocas páginas en las que se hable del tema desde un punto de vista “clínico”. Entre ellas, la siguiente:

http://www.centroespiral.cl/articulo.php?id_articulo=18

¿Podría yo incluirme en ese grupo?. Pues es posible, entre 20 y 30 años, una experiencia laboral estable y acceso a la educación superior. La verdad es que no es algo descartable el hecho de que pudiera estar pasando por una crisis de los 30 de ese tipo. Es más, de hecho creo que el concepto de crisis puede extenderse en ese caso a todas las franjas de edades, pues no en vano siempre va a haber alguien cuestionándose algo en un momento de su vida y obviamente, si se acaba de estudiar con 20-25 años y se tiene una experiencia laboral estable, es más que obvio que sobre los 30 una cierta cantidad de personas se tendrá que cuestionar ciertas cosas.

Quizás te cuestionas que tus amigos se compran casas, que se casan, que tienen hijos, y tú te acabas de comprar una … pero no es lo mismo. Quizás te cuestionas si sigues haciendo las cosas de siempre por que te gustan o por pura rutina. Quizás te culpas a ti mismo por no ser capaz de dar un golpe en la mesa, o liarte la manta a la cabeza, o por tener la cabeza más liada que una manta. No sé muy bien, y lo curioso es que a pesar de todo no estás mal, o quizás eso es lo malo. Alguna vez he escuchado a algún compañero, alguna vez lo he dicho yo mismo … “ojalá me pasara tal cosa; entonces … dejaría el trabajo, me pondría a estudiar oposiciones o qué se yo”.

Por otro lado, quizás piensas eso en los momentos bajos, esos momentos en los que eres a la vez la persona más vulnerable y la más invulnerable. Cualquier nimiedad te hace daño o te hace revolverte como un auténtico león y proclamar a los cuatro vientos, o a quien quiera escucharte que contigo ni pueden ni podrán. Esos momentos además son curiosos, porque a veces basta una palabra, una sucesión de ellas, una sonrisa … para que todo se vaya, la vulnerabilidad, la invulnerabilidad y ya no te encuentres aquí sino soñando. No es mal estado el estado onírico, a pesar de que yo siempre he preferido el consciente; pero sin duda cuando esa situación se presenta, es como cuando juegas mots (partido de la temporada) en Hattrick. Durante el partido vas a por todas, lo luchas todo, acabas más cansado de la cuenta … pero todo vale si consigues la victoria. Lo malo es que juegues mots y encimas pierdas. Toda la ilusión que habías puesto en el partido se vuelve hacia ti con saña y se clava bien hondo en tu alma. En ese caso sólo te queda esperar que el siguiente partido suponga una victoria balsámica.

¿Y quién sabe si no será eso la crisis de los 30? Pues puede ser, puede ser que la crisis de los 30 sea todo lo que vives a los 30, sea lo que sea, sea bueno, sea malo, tenga o no altibajos y con los altibajos que tenga. Como conclusión, sea esto, o no lo sea, bienvenida sea, que significa que hemos llegado y podemos preocuparnos por minucias como ésta y no de cosas importantes.

Un saludo, Domingo.