domingo, diciembre 31, 2006

Hasta mañana

Pues eso, quería despedirme del año cibernético de una forma más apropiada. Este año ya lo he hecho a través del móvil. Este año he mandado y he respondido felicitaciones con felicitaciones en verso (hasta aquí nada nuevo o completamente nuevo), pero además iban personalizadas. Creo que la costumbre de Giovanni de personalizar sus SMS merece la pena y es posible que la mantenga el año próximo para el que faltan ya menos de siete horas.

Además con el 2006 se va, mejor dicho, se renombra, este blog y se archivan momentos y emociones varias. Las últimas son de hoy mismo. No pude resistir la tentación y me pasé de forma discreta por blogs ajenos, archivados también en cierta forma. Imagino que quería agarrarme a la remotísima posibilidad de encontrar algo que pudiera parecerse a algo que se asemejara a una posibilidad. Por supuesto no hubo tal y es por tanto lícito que tales sentimientos se archiven con el blog y que el 2007 sea completamente nuevo en cierto sentido.

Y aquí llega el último del año, con uno de las últimas rimas del estilo que envío por SMS. Por cierto que estas quintillas descubiertas por mí en "El blog más malo del globo" resultan ideales para mandarlas por SMS pues el número de caracteres suele ser el idóneo para que quepa en un único SMS. Pues eso, que aquí queda:

Para el Año Nuevo yo deseo,
A todos, sin ninguna excepción,
Los sueños guiados por Morfeo,
Los fuegos por el fiel Prometeo,
Y la salud como única ambición.

Un saludo, Domingo.

lunes, diciembre 25, 2006

El auténtico desenlace

Empecé a escribir esto ayer pero al final el ordenador se me bloqueó y perdí lo poco que había escrito. Así que empecemos de nuevo. En primer lugar vayan los enlaces a los diferentes capítulos por si alguien tuviera la tentación de releer.

The Pillars of the Earth, capítulo 1
The Pillars of the Earth, capítulo 2
The Pillars of the Earth, capítulo 3
The Pillars of the Earth, capítulo 4
The Pillars of the Earth, ¿el desenlace?

Aunque ahora que caigo, cuando renombre este blog estos enlaces dejarán de estar operativos ... muy probablemente. Tengo por tanto un dilema ante mí, si respetar este nombre y abrir un nuevo blog con un nombre diferente, o renombrar éste y abrir uno con este mismo nombre. De hecho, esta misma noche Giovanni me comentó la posibilidad de hacer una mini-porra de forma que mi escaso público pudiera opinar al respecto. Sin embargo esto no es una democracia, es una chucktatorship (http://www.chucknorrisfacts.com), que viene a significar algo así como que el gato es mío y ...

Bueno, vamos a lo que importa. Al final resolví yo la chapuza como buenamente pude. De hecho esta semana que al igual que el año acaba mañana (hoy) ha sido pródiga en arreglos caseros y viajes y traslados de personas y/o mercancías. Haré un rápido resumen de todo, deteniéndome algo más en la resolución chapucera de la chapuza chapucera.

Fue el martes si mal no recuerdo. Sí, el martes efectivamente. Por la mañana, a mitad de mañana o así me dirigí al piso y tras comprar alguna que otra cosa (las cajas para los enchufes, los mecanismos, espuma de poliuretano etc) y saludar a algunos conocidos de la tienda, llegué al lugar de destino. Allí procedí a quitar el microondas para lo cual tuve que hacer la conocida parafernalia de cortar la luz, retirar la nevera, desconectar el cable del enchufe del frigorífico y volver a conectarlo todo.

Ya ahí me di cuenta de que había cortado y empalmado el microondas pero anulando la toma de tierra, lo que convertía la chapuza en casi una obra de arte. Además a eso podemos unirle que la longitud de cable que había dejado era de unos 25-30 cms. aproximadamente. El caso es que le quité el empalme y le puse una clavija que había comprado ex-profeso. A continuación lo enchufé en un enchufe que previamente había arreglado yo mismo puesto que también lo dejaron mal colocado. De hecho fue una mini-prueba a la que los sometí. Dejé el enchufe colgando como muestra de su ineficacia para ver si lo colocaban bien. No lo hicieron, evidentemente.

Una vez colocado el microondas en su situación transitoria, hice un "algo" para comer. Debió ser algo así como una ensalada de pasta con calamares talibanes calentados en el microondas. Esta vez los tedax habían colocado una cierta protección que evitó daños colaterales en las paredes del aparato. Lo que hace la experiencia ;-). Tras comer, llegaba la parte dura del trabajo.

Identifiqué el área "a excavar", comprobé que casi con toda seguridad el tubo pasaba por allí. Para ello descubrí una toma que había un poco más arriba pero a la que no se puede conectar el microondas por haber una piedra de por medio. Era la siempre inestimable sugerencia de Giovanni. Y sí, la entrada era vertical por lo que tal como pensaba, el tubo pasaba por allí. Así que cogí el taladro y tras marcar los puntos donde debía taladrar, procedí a ello. Hice casi diez taladros, imagino, y cuando consideré que ya estaba todo listo para descubrir, me encontré con la dificultad de que no sabía cómo hacerlo. Intenté unos tibios martillazos, intenté hacer palanca en los agujeros, hacer más agujeros ...

Al final con alguna de estas cosas se desprendió un trocito de azulejo que además facilitó la labor para el resto. Eso sí, prácticamente de forma inmediata el azulejo quedó medio suelto y la cenefa de abajo completamente suelta. Resonaron en mi memoria las palabras de Giovanni: "Todo lo que te pueda fallar te fallará". Quité la cenefa y procedí con el intento de hacer el rectángulo en el azulejo y ... el azulejo se rompió ... CACHIS!!!!.

Bueno, era algo con lo que contaba, podía pasar y pasó. Tampoco era demasiado problema, simplemente el resultado final tendría una ligera rajita apenas perceptible ... o eso pensaba yo. Tras el azulejo pude quitar el cemento y ver que las cosas se complicaban todavía más. Por un lado no había un tubo sino dos. El segundo era el que llevaba la señal de la antena al televisor de arriba. Por otro lado, justo ese azulejo caía en lo que antes había sido el final de una pared especialmente dura y que me costaría Dios y ayuda excavar.

Al final, tras un par de intentos, decidí que pondría sólo un enchufe y que el hueco inicialmente destinado al segundo enchufe, no habría más remedio que rellenarlo de espuma de poliuretano. Es la ventaja de saber que luego no se iba a ver. Ese fue el momento en el que consciente de que Giovanni estaba trabajando, lo llamé para humillarme ante él y reconocer que si bien no al 100%, sí que había acertado muy mucho en su pronóstico. Se partió de risa, obviamente :-D.

Tuve que agujerear un rato hasta que el hueco resultó aceptable, aunque me quedó ligeramente más bajo de lo que yo había calculado inicialmente. Aunque a esas alturas ya me daba absolutamente igual :-). Abrí el tubo de tráquea, puse la caja, monté el enchufe y fui a colocar la cenefa y el trozo de azulejo restante ... todo bien salvo que cenefa y azulejo parecían haber aumentado de tamaño y ahora apenas cabían en el hueco en el que antes se encontraban :-S. Tras forcejear un rato, conseguí dejarlo todo en una situación aceptable y fue el momento en el que empecé a rellenar con espuma de poliuretano.

Desgraciadamente el momento fue anterior al momento en el que leí que lo conveniente era usar guantes. Creo que me di cuenta justo cuando tras llenarme en una mano, fui a lavarme y comprobé que las manos se me quedaban pringosas y no se iba :-S. A continuación me puse los guantes y terminé el trabajo lo mejor que pude. apliqué varias capas según consideré oportuno, apuntalé para que azulejo y cenefa quedaran aceptablemente pegados y por último intenté dejarlo todo los más pulcro posible. Eso sí, mis manos estaban completamente cubiertas por una fina capita de pegamento que no quería despegarse. Tras mucho rato rascando salió una gran parte y al par de días había salido el resto.

¿El resultado?. Considero que es aceptable. No es magnífico pero tampoco es calamitoso y personalmente creo que mejor que el que había antes. Casi de lo peor de todo fue cuando llegué al día siguiente volví a casa y tras contarle a mi madre cómo había salido, al rato ella me pregunta si había probado el enchufe :-O. Estuve tentado de decirle que no, que yo hago las cosas como mis ex-vecinos pero me contuve y le dije que sí. Era además obvio que tenía que probarlo si quería dejar el microondas puesto.

Y bueno, básicamente ésa es la historia. A eso dediqué la mayor parte del martes y la mañana del miércoles estuve colocando el microondas de nuevo en su sitio. Para ello tuve que quitar la clavija que había comprado ex-profeso pues los 30 cms. de cable eran todavía insuficientes. Afortunadamente encontré tirado en una caja el trozo de cable que había sido amputado del microondas y se lo empalmé. No era mi intención inicial, pero tampoco había otra opción y además, así, el microondas se volvió a sentir hombre de nuevo, como el marido de Lorena Bobbit.

Por último, también he quitado un goteo de agua que tenía el calentador. Me da la sensación de que para no poner una junta en condiciones, cogieron una más grande y la recortaron. Miedo me da lo que puedan haber hecho en otros sitios con la fontanería :-S. También tiré la basura, ordené un poco y por último coloqué un foco que me faltaba (por cierto, no aconsejo los focos de base de plástico del Leroy Merlin).

Ahhh y se me olvidaba, el martes, justo antes de empezar la aventura albañilera, compré un belén que había de oferta en el Lidl. Así que mi casa tiene también belén con sus reyes magos y todo. Esperemos que se porten tan bien como yo me he portado con ellos ;-).

Saludos de la que puede ser la última entrada del año ;-).

Un saludo, Domingo.

sábado, diciembre 23, 2006

Cuenta atrás

Comienza la cuenta atrás, en unos días este blog desaparecerá ... más o menos. Ya lo comenté en su momento pero lo recuerdo y me lo recuerdo a mí mismo. Llegado el 1 de enero, renombraré este blog que pasará a llamarse donmingo2004_2006 o algo así y empezaré con uno nuevo. A partir de entonces procuraré ir archivando cada año. Será algo así como lo que hago tanto en casa como en el trabajo con el correo enviado y recibido.

Lo que tengo que averiguar es si el nuevo blog tendrá ya las funcionalidades de Blogger beta pues al entrar he visto un cartelito indicando que la beta se había ya acabado, pero tras mirar aquí, no me ha salido ninguna de las nuevas opciones. No sé si se irán agregando poco a poco o si es que serán aplicables sólo a los nuevos blogs que se creen. Será cuestión de investigar.

Por lo demás, empiezan las minivacaciones navideñas con algunos objetivos a la vista. Comprar y montar un mueble para la tv puede ser uno de ellos y decidirme a abrir un agujero en una pared puede ser el otro. Estaba yo decidido a hacerlo, firmemente convencido de que si en mi casa hay que hacer alguna chapuza tengo que ser yo y no nadie más quien la haga, pero llegó Giovanni y me metió el miedo en el cuerpo. ¿Y si el cable no pasa por ahí? ¿y si tienes que picar más en el ladrillo? ¿Y si y disi?.

Así que ya veremos porque también es cierto que estando el mueble de la cocina montado, el trabajo es mayor pero sigo decidido a hacerlo. En cierta forma es como cuando un programador está atrancado con un error, van dos analistas, no se lo resuelven y llegas tú que ni eres experto ni has trabajado con eso en exceso y lo resuelves en 5 minutos. Y esas cosas a veces pasan. ¿Por qué no ahora?.

Un saludo, Domingo.

martes, diciembre 19, 2006

The Pillars of the Earth, ¿el desenlace?

A todo cerdo le llega su San Martín ... y no, no es que esta frase tenga nada que ver con chapuzas profesionales o profesionales que hacen chapuzas, es simplemente que aquí acabará ... salvo que tenga que resucitarlo como el bueno de Arthur Conan Doyle hizo con Sherlock. Por otra parte eso me da derecho, si todo un Sir puede decir digo donde dijo Diego, ¿por qué no podría yo hacer lo mismo?. Sin embargo, por ahora, no es demasiado probable.

Inaccesible:
  • Hola maese carpintero, ¿qué tal todo? ¿ha cubierto ya sus bolos veraniegos y post-veraniegos? ¿Ha terminado ya todo a la vez que termina septiembre?.
  • Pues sí, así es y tal como te comentaba a finales del capítulo cuarto, lo tienes todo listo menos un par de puertas y la chapuza.
  • Ahh, cierto es. No recordaba que no habías dejado ningún mueble en alto como para poner platos o así y que te había pedido que transformaras el hueco del horno de asar infieles, todavía en uso pero en claro desuso dentro de unos siglos, en algo más aprovechable. Así que esas puertas no están todavía, ¿verdad?
  • Efectivamente, así es. Es que las estoy tallando a mano valiéndome de la incalculable ayuda de una nueva técnica que convierte tus uñas en escofinas. La aprendí de un carpintero tibetano allí en Londres y él a su vez la había desarrollado para evitar que los chinos lo torturaran introduciéndole astillas bajo las uñas.
  • ¿No estás desvariando un poco?
  • Puede ser, puede ser, pero mientras el que escribe el relato me deje ... yo soy un mandado. ¿Has visto lo del José Luis ése y sus muñecos?. Pues yo igual.
  • Vale, vale pero volvamos al meollo de la cuestión. Lo de las puertas casi que me da lo mismo, el problema es que, adelantándome al futuro, voy a encargar un "maicrogüeibs" para que me lo traigan dentro unos siglos y me han dicho que tengo que dejar preparado un enchufe para el día en que llegue y yo he mirado y no veo ningún enchufe.
  • ¿No ves ningún enchufe? Eso no puede ser. Tiene que haber dos, uno para el "maicrogüeibs" y otro para el horno. Yo soy muy previsor y le dije a mi hermano, el maese albañil que los pusiera. Es más, yo mismo los marqué en la pared.
  • Ahh, siendo así. Lo mismo es que yo no he mirado bien. Volveré y ya te cuento.

  • Mira, que he ido y nada de nada.
  • Pero si yo le dije mi hermano ...
  • Bueno, a tu hermano le mandé un mensajero, un SMS que dicen ahora. "Sus Mensajes Sirvo", como si no fuera más bonito el mensajero de toda la vida, ése al que los reyes mataban si las nuevas no eran buenas. El caso es que no he recibido respuesta por su parte.
  • Bueno, no te preocupes, eso te lo arreglo yo al igual que te arreglé cuando mi hermano no había dejado bien puestos los rodapiés. Lo de agrandar el hueco de la puerta, que lo había dejado demasiado pequeño, sí que no podía hacerlo yo y por eso tuve que llamarlo. Que por cierto fue cuando dejó la grieta en la pared que el pintor ha disimulado pero todavía se sigue notando. Pero tranquilo, esto te lo arreglo yo.
  • No si verás, la cosa es que también me tendría que cambiar otra cosa que me dejó mal, en particular la instalación eléctrica del cuarto que tiene cambiados los enchufes y las luces. Sé que todavía en esta época no hay electricidad pero ¿y cuando la haya?. Por eso te digo que se lo comentes a tu hermano y ya que hace una cosa hace la otra.
  • No, no es necesario, ya te lo hago yo.
  • Bueno, si insistes. En realidad yo creo que es bastante fácil, la tráquea se sitúa fácilmente y sólo es descubrir para poner la caja.
  • Nada, nada, no te preocupes, eso te lo arreglo yo.
  • Como veas, como veas. Hombre, es una pena porque iba a dejarle la catedral "by the face" a tu hermano y señora pero teniendo en cuenta que no hay forma de contactar con él ni arregla esas cosas que te he dicho, me temo que tendré que desistir.
  • No si a mí me da también que la mujer ha debido decirle algo y mientras que tú no le dejes la catedral el va a pasar de ti como ... de comer palomitas en Nochevieja.
  • Imagino que era inevitable, qué le vamos a hacer. Yo seguiré intentando ponerme en contacto con él por si acaso.
Más inaccesible (leer y releer tres o cuatro veces seguidas):
  • Hola maese carpintero, ¿cómo van las cosas?.
  • Uyyyy, perdona, perdona. Imagino que pensarás que me he olvidado de ti. Para nada, para nada. Es simplemente que he estado muy liado, estoy vendiendo la catedral, comprando otra ... ufff, tengo mil cosas en la cabeza, menos cuernos ...
  • Bueno nada, cuando tú puedas, es sólo que no he podido pillar a tu hermano, si tú lo ves coméntale que como me tiene que arreglar lo otro, aproveche y haga también lo del enchufe del "maicroweibs" y así te lo quitas tú de en medio.
  • No, eso no es problema, eso te lo hago yo.
  • Muy bien, muy bien.
La chapuza:
  • Hola maese informático.
  • Hola, ¿qué tal va todo?. Te noto inquieto, es ya la tercera tila que te tomas esta mañana en la cafetería del sitio este en el que trabajamos.
  • Es que me llamó ayer maese carpintero diciendo que me iba a arreglar lo del "maicroweibs" y me estoy oliendo que me va a hacer una chapuza.
  • ¿Y no has podido dejar a nadie allí o acercarte tú o ... ?
  • Hombre, no debería, lo conozco desde hace mucho tiempo, ya le comenté lo que había que hacer y me insistió en que ya se encargaba él. Además a estas horas ya debe haber empezado y además tampoco quiero que se piense que no me fío o algo así.
  • Pues ya verás tú cuando vayas.
  • Sí, es lo que me temo, justo lo que me temo. Luego por la noche me acercaré a la catedral a ver.
  • Pues nada, suerte.
  • Gracias, me hará falta.
Monólogo:
  • Ummm, qué limpia se ve la catedral. Es raro, esperaba más polvo, arena, trocitos de azulejo ... algo así.
  • Eso es porque eres tonto, a la legua se ve que lo que te ha hecho ha sido una chapuza. Yo voto porque te ha sacado un cable de abajo y ha dejado el "maicroweibs" conectado al prolongador
  • ¿Pero cómo va a haber "maicroweibs" si tardarán siglos en construirlos?
  • ¿Y cuánto tiempo te crees que llevas tú esperando? ¿No acabas de hablar con un maese informático?. Anda que sí que empiezas tú bien la treintena.
  • Hostias, pues tienes toda la razón, eso es un microondas de toda la vida y está muy bien puesto y no se ve nada por aquí que delate rastro de obras.
  • No, es más aquí se ve un poquito de serrín y poco más. Será de las puertas.
  • Pues sabes lo que te digo, voy a apartar el microondas para ver qué es lo que ha hecho porque me temo lo peor.
  • Venga, yo te ayudo, coge el destornillador, quita ese tornillo, deja que se te caiga y llegue rodando hasta aquel trozo de cable que te hará sospechar todavía algo peor.
  • ¡Mierda!. ¿No creerás ...?
  • Esperemos que no. Bueno, ¿está ya todo fuera?
  • Sí pero el microondas apenas sale, está cogido a algo y es raro porque el cable yo creo que era bastante más largo, a ver mirando por aquí ... .
  • No, no hace falta que mires, ya te lo digo yo. Se ve un pedazo de empalme. Tu "maese" ha cortado el cable del microondas.
  • ¡¡No jodas!!
  • Juzga tú mismo.
  • Puajjj, ¿has visto además la dirección del cable?.
  • Sí, se dirige peligrosamente a la nevera, y allí no cabe un multiplicador, está demasiado pegada. Me da que lo ha cogido directamente de la red.
  • ¿Será posible? Y encima ahora para confirmarlo tengo que sacar la nevera.
  • Ahh, entonces era por eso. ¿Recuerdas que al abrir antes la nevera vimos que la botella que antes estaba en la puerta estaba ahora dentro tumbada?
  • Claro, ha debido ponerla ahí para quitarla. ¿Será posible?.
  • Bueno vamos, en unos 15 minutos con nuestro arte la tenemos fuera.
  • Efectivamente, ya está fuera. Aunque casi desistimos pero bueno. El caso es que todavía no me lo creo. El cable del microondas cortado y enganchado directamente al enchufe de la nevera por detrás.
  • Y no sé si has visto las implicaciones, entre otras cosas, eso significa que si quieres quitar el microondas tienes que retirar la nevera y cortar la luz, por no hablar de que has perdido la garantía del microondas.
  • !!Marditos roedores¡¡
  • Anda, mándale un SMS diciéndole: "Tío, no me hagas esta chapuza que ni quitar el micro puedo si se me estropea" y vámonos de aquí.
  • Sí, será mejor.
¿El desenlace 1?:
  • Maese informático, no te puedes hacer una idea de la chapuza que me hicieron ayer. Es increíble.
  • No hace falta que me lo cuentes, he estado leyendo el blog y ya me he enterado.
  • ¿Ahh, sí?.
  • En realidad no, pero para no tengas que contarlo entero de nuevo.
  • Vale, vale. Pues eso, esta tarde intentaré llamarlo de nuevo a ver qué pasa. Esta mañana no me lo ha cogido y ayer hablé con su hermano pequeño (el único que no ha hecho nada en mi casa) y no se lo creía. Decía que lo llamaría por lo que debe saberlo.
  • Hola maese carpintero. ¿Qué tal?. He pensado que voy a decirte que no pasa nada, que todo el mundo se equivoca y a ver cómo podemos arreglarlo.
  • No te preocupes, no hace falta que digas nada. Déjame empezar a mí.
  • Bueno, empieza ya que pareces tan lanzado.
  • Pues verás, tal como te lo he puesto eso no te va a dar ningún problema, todas las cosas que necesitan mucha potencia van cogidas directamente a la red para evitar calentamientos en los enchufes y similares. Así se hace con las vitrocerámicas y los hornos.
  • Sí, me parece muy bien, pero esto es un microondas y tiene su enchufe. No digo que no vaya a funcionar así y que no vaya a dar ningún problema pero si trae su enchufe será por algo, no para cortarlo. ¿Además tú en tu casa cómo lo pusiste?
  • Yo lo puse con el enchufe, pero alguna cosa que tuve que poner al final sí la puse así. Además, que por eso no pasa nada, casi que así está mejor.
  • Bueno, si no fuera porque si me lo quiero llevar a casa de mis padres porque a ellos se les estropee el suyo, no puedo y si simplemente lo quiero quitar tengo que retirar antes la nevera y cortar la luz.
  • Umm, visto así ... sí, tienes razón. Pero es que yo es la única forma que te lo puedo poner y una vez que está montada la cocina y demás hay que hacerlo así.
  • Bueno, ya te comenté que le dijeras a tu hermano que se pasara él y lo hiciera. Al fin y al cabo se le olvidó a él, ¿no?. Yo he intentado decírselo pero lleva dos meses sin cogerme el móvil o sin devolverme las llamadas.
  • ¿No te lo coge?.
  • No, no lo coge.
  • Bueno, en cualquier caso yo lo que puedo hacer es sacarte un enchufe o una regleta y ponerte ahí el microondas, pero es lo mismo.
  • Ya, pero eso es otra chapuza, es más, es lo que pensé yo que habías hecho hasta que vi el percal.
  • Pues eso sí te lo hago yo sin problemas, si acaso déjame el cable y el enchufe que yo te lo pongo en un momento.
  • "No si encima tengo que comprar yo el cable y el enchufe, ¿habráse visto?". Pero es que yo no quiero eso, yo lo quiero en condiciones, con su enchufe que fue lo que te comenté en su momento y que además no creo que sea tan complicado.
  • Sí, pero tú me hablas de romper y ya está puesto el mueble de la cocina ... eso no es tan fácil como tú te piensas. Y además eso es meramente estético.
  • Hombre, yo no sé si será fácil, yo de eso no entiendo pero a mí no me parece tan complicado. Y es más, ya te dije antes que por eso quería yo que lo hubiera hecho tu hermano. Y sobre lo de que es meramente estético ... pues sí, pero yo si lo puedo tener bien hecho lo prefiero bien hecho y ya está.
  • Bueno, pues a ver si hablo yo con él y ya te cuento.
  • Muy bien, gracias.
¿El desenlace 2?:
  • ¿Maese carpintero?
  • Sí, dime.
  • Mira, esta mañana he recibido un SMS de tu hermano. Qué curioso, dos meses sin saber de él y de repente me llega un mensaje diciendo que abrir en la pared y poner el enchufe son 100 euros y que tardará 50 días porque ahora mismo está muy liado. A mí el tiempo me da igual porque no en vano llevo esperando más de dos meses, pero no pienso pagarle 100 euros. Te lo digo a ti porque le he llamado un rato después y ya tenía el móvil apagado. Así que si me haces el favor, le dices que si quiere hacerlo, pues muy bien y si no quiere hacerlo simplemente que lo diga. No pasa nada, yo ya me busco la vida por ahí.
  • (Con tono enfadado).Bueno, tú comprenderás que yo no puedo hacértelo, yo no me puedo comprometer a hacer algo que no sé.
  • Ni yo te he dicho que lo hagas, sólo te he dicho que he recibido un SMS de tu hermano en el que me dice que me cobra 100 euros que yo no estoy dispuesto a pagar cuando el error ha sido suyo
  • Hombre, yo se lo dejé marcado en la pared y sobre lo del microondas, no te preocupes.
  • Pues eso, cuando lo veas le dices que si quiere hacerlo pues muy bien y que si no quiere, no pasa nada. Yo ya me busco la vida, lo hago yo o lo que sea.
  • Pero yo ya te digo, que eso no pasa nada.
  • Yo sé positivamente que no pasa nada, pero también pensé que tú no me harías esto y de hecho, si vas a cortar el cable del microondas y a dejarme sin garantía, ¿qué menos que decírmelo?.
  • Ah, bueno, por eso no te preocupes. Yo conozco al del servicio técnico y además yo te pongo un cable nuevo. Sobre lo otro ya te dije, yo te saco un prolongador con un enchufe y ya está.
  • "Esto es genial, me encanta que me den soluciones para problemas que no tenía antes". No es eso, ya te he comentado, díselo a tu hermano que al fin y al cabo es su culpa. Si él no quiere pues no pasa nada. Ya lo haré yo o me buscaré la vida o lo que sea.
  • No hombre no, no te preocupes que aunque sea ya te lo intento dejar yo bien puesto. No tengo experiencia pero no te preocupes. Déjale las llaves a mi madre y yo ya las cojo y te lo pongo.
  • Por mí no hay problema, pero ya te digo que no hace falta que se lo consultes a tu hermano y ya está.
  • No, no hace falta, no hace falta. Tú tranquilo que te lo hago yo.
  • Muy bien.

Y ahí concluye la historia inconclusa. Todavía hoy, un mes después de la chapuza y tres meses después de empezar con esto, está el microondas sin su enchufe en la pared. Le dejé las llaves y ya mismo tendré que subir a por ellas pues parece evidente que no tiene/tienen mucha prisa en ir. Es más, mi madre, a la que no le he contado la chapuza, sólo que falta el enchufe, me insiste en que hable con él pues aparte del enchufe le pedí (hace tres meses) presupuesto para poner unas puertas de madera a un mueble (mueble cuyas puertas originales fueron cortadas con una radial por el albañil también sin decir nada) y otra puerta de un pequeño armarito. Yo desde lo de la chapuza ya sabía que no le iba a encargar lo de las puertas, ya se las pediré a otro. Sobre el enchufe, me he marcado estas navidades como plazo límite. Es más, mi intención es dedicar la semana próxima a arreglar yo el desaguisado. Imagino que lo complicado será hacer el hueco para la caja. Para ello haré unos cuantos taladros e intentaré ver cómo de fácil o difícil es hacer el hueco. En el peor de los casos hago unos 200 agujeros con el taladro y zumbando. Después será cuestión de tener cuidado con los cables (aunque es fácil saber dónde están) y por último poner la caja y rellenar el alrededor con espuma de poliuretano. Efectivamente el hecho de que esté el mueble de la cocina lo dificultará, pero si lo hago me podré permitir contar la historia a todo aquel que llegue a mi casa y el esfuerzo habrá valido la pena ;-).

Un saludo, Domingo.

Marcianos

http://www.youtube.com/watch?v=0en9sTEhgrQ

Me lo han enviado por correo, 7Mb de vídeo. Como siempre lo primero que he hecho ha sido ver si estaba subido en Youtube. Efectivamente ahí estaba y en realidad ahí lo he visto en vez de en el vídeo adjunto.

Imagino además que me ha pillado en un día en el que aunque podría calificarse de normal, lo mismo estaba yo algo más sensiblero y me sentí identificado con los pobres marcianitos saludando a diestro y siniestro y sin que los terrícolas les hagan caso. Y es que a veces puedes tener la sensación de estar solo en mitad de la gente. Aunque casi diría que es mejor estar solo estando rodeado de gente que estar simplemente solo. Quizás por eso me cuesta trabajo decidirme a mudarme. Pero bueno, imagino que como todo, es cuestión de tiempo.

Volviendo al vídeo, a diferencia de los entrañables marcianitos, el sentirte así provoca a veces no el regresar a tu planeta para volver a intentarlo con más fuerza sino el mandar a los terrícolas por ahí bien lejos en la seguridad de que ambos estaremos mejor cada uno por nuestro lado.

Pero bueno, en realidad imagino que es tan sólo cuestión de que se vuelvan las tornas y esta montaña rusa que a veces es la vida empiece a ascender a un ritmo vertiginoso. Por eso, en espera de volver a la Tierra a saludar a la gente con un cartelón del quince, dediquémonos a exprimir las últimas gotas de jugo que todavía le quedan a este 2006. Un par de semanas que pueden dar para mucho, hasta para acabar algún que otro relato o arreglar alguna que otra chapuza en la casa. Lo que dudo mucho es que dé para lo otro. ¡Qué le vamos a hacer!

Un saludo, Domingo.

domingo, diciembre 17, 2006

Balance y nuevos propósitos

Estamos ya a 17 de diciembre, a dos semanas bien contadas del final del año y he pensado que no estaría de más empezar a hacer balance. El pensamiento subsiguiente no podía ser otro más que el intentar recordar cuáles eran mis objetivos para este año y comprobar si efectivamente se habían cumplido o no. He tenido que echar mano del diario para saberlo. Está bien esto de tener un diario.

Bueno, me ha sorprendido ligeramente encontrarme con que no tenía ningún objetivo para este año. Quien no se lo crea lo puede comprobar aquí:
http://donmingo.blogspot.com/2005/12/brand-new-life.html

Es decir, que no había confesado ningún objetivo al diario, me limité a hacer balance y poco más. Aunque pensándolo más detenidamente, tampoco me extraña mucho pues ahora mismo tampoco sabría decir qué objetivo me puedo marcar para el año próximo. Y visto que no es factible hacer un balance medianamente convincente, pasemos directamente al resumen de lo que hasta ahora ha sido el año.

Me da la sensación de que algo escribí cuando la renovación de la hipoteca y tampoco quisiera repetirme mucho pero el mayor objetivo cumplido ha sido el de la casa. A falta del último capítulo de mi "The Pillars of the Earth" particular, ya tengo un sitio donde poder ir si es que mis padres se deciden algún día a echarme de casa o yo me decido a irme. Por tener tengo hasta la ropa allí y la excusa de que hay días en que puedo ir hacia allá con menos atascos (en realidad casi los mismos), pero también está la rutina que a veces tan difícil resulta romper.

El segundo gran caballo de batalla es el trabajo. A finales del año pasado empezaba un camino que todavía voy recorriendo, pero con la diferencia de un año más tarde aquello que resultaba desconocido y retador tiene ahora otra pinta. Las cosas que hago ya no son tan desconocidas para mí, hablar con el cliente, llevar el equipo etc es simplemente algo habitual que parece cualquier cosa menos retador. Ahora, lo que me pide el cuerpo es más marcha, profundizar en este tipo de cosas y si acaso, añadir alguna pelota más a las que ya giran en el aire sin caerse ... por ahora. Ahh, y sin las temidas horas extra de los proyectos marrones.

Y evidentemente lo que queda es lo más importante, el Hattrick y las mujeres (y por ese orden :-P). El Hattrick depara ahora mismo un pronóstico con cierta similitud al que tenía el año pasado. Las cosas pintan bien pero no van a ser fáciles. En cuanto a las mujeres, pues casi igual que el año pasado y el Hattrick sólo que en este caso, ni pintan bien, ni van a ser fáciles :-P.

Intentando tener una cierta perspectiva, éste ha sido sin duda el gran fracaso del año. Y es que ya lo decía yo el año pasado, que había que dejar de pensar en ello. No lo hice y así me va. Ahora mismo no tengo ni idea de cómo será el año próximo, pero intuyo que las cosas podrían desarrollarse de un modo parecido y sólo cabría esperar que el resultado sea más satisfactorio. Y es que en ese sentido creo que me deprime un poco el pensar en lo difícil que me es encontrar mujeres que me realmente me gusten y en lo fácil que les resulta a ellas encontrar alguna excusa más o menos convincente, acudir a continuación a algún manido tópico y finalmente desaparecer como alma que lleva el diablo. En fin, espero que desearles suerte a ellas no impida que la suerte llegue hasta mí ... mejor antes que después.

Y me parece que aquí se va a quedar esto. Al final esta entrada acaba sin balance y sin nuevos propósitos claros, pero a pesar de todo no voy a cambiar el título.

Ahh, por cierto, Feliz Navidad a todos, que era otro de los propósitos de esta entrada y casi se me olvida:
http://spanishveepers.budweiser.com/service/RetrieveCard?id=sUfQKnkn2XgIJ_0t9QHodG

Un saludo, Domingo.

domingo, diciembre 10, 2006

The Pillars of the Earth, capítulo 4

Nos vamos acercando al final y ya sí parece bastante probable que sean cinco capítulos. Éste dedicado a la carpintería y el último en exclusiva para la chapuza.

La llegada de los materiales:
  • Hola maese carpintero, ¿cómo va todo?.
  • Ah, pues muy bien. Precisamente acabo de traer los materiales. Aquí están las puertas de paso de la catedral y todo lo demás necesario para el artesonado.
  • Estupendo pues al final esto podría significar que mi intención de abrir públicamente la catedral en Agosto podría llevarse a cabo.
  • Pues no lo sé muy bien porque antes te convendría pintarla y luego yo no sé pero me da en la nariz que cuando tenga que montarlo todo me iré retrasando por mis múltiples compromisos publicitarios. Es la vida del carpintero estrella.
  • La verdad es que tenía pensado pintarlo yo pero mi señora doña madre insiste en que alguien haga el trabajo sucio, ponga bien las paredes y demás así que será mejor hacerlo así. ¿Me aconsejas a alguien?. Sí, este hombre trabaja muy bien y fíjate cómo ha dejado mi catedral. En particular me gusta ese trocito que yo llamo "Capilla Sixtina".
  • Genial, me pongo en contacto con él y a ver cuándo puede empezar.
Miguel Ángel:
  • Hola Miguel Ángel, ¿qué tal se encuentra usted maestro?. Lo admiro desde que pude comprobar en persona la profundidad de sus pinceles y cómo apenas se puede distinguir entre sus pinturas y sus esculturas. Precisamente necesitaré de su habilidad con el yeso para pulimentar alguna que otra pared. Sé que el yeso no es precisamente mármol pero el presupuesto aquí es limitado.
  • Sin ningún problema, sin ningún problema. Cualquier amigo de maese carpintero es amigo mío. Fantástico este chico, fantástico. Sólo le falla una cosa, la puntualidad, pero por lo demás es un chico fantástico.
  • Sí, es cierto. Usted también se ha dado cuenta, ¿verdad?. Bueno pues nada, le recuerdo lo pactado. Todo en blanco nuclear y moderno, muy moderno. En particular siéntase usted libre de usar esa técnica que tanto usó en la Capilla Sixtina. ¿Gotelé la llamaba?.
  • Sí, así es. La inventé ex profeso para allí. Lástima que creo que caerá en desuso pues pronostico que los adelantos técnicos harán que los albañiles puedan dejar paredes planas sin esfuerzo alguno. Y esta técnica es especialmente interesante para catedrales con paredes irregulares.
  • Muy bien entonces. Ya sólo queda definir la forma de pago.
  • ¿La forma de pago?. No, no se preocupe de eso. Yo ya le iré pidiendo dinero cada cierto tiempo de forma que al final del trabajo sólo le reste darme lo que quede ... más la voluntad.
  • Correcto, correcto.
El final de la pintura:
  • Bueno, pues ya está todo. Lo único es que maese carpintero no ha empezado todavía con el artesonado y eso que me insistió para que yo lo tuviera todo listo cuanto antes.
  • Sí, eso veo, ya está todo listo. He visto que algunos techos, aún con desperfectos, tienen mucho mejor aspecto que antes. En general estoy bastante satisfecho con el trabajo.
  • Sí, aunque en el techo de la bóveda principal no he podido hacer mucho. El techo debería haberlo picado maese albañil pero como él no lo ha hecho bajo la excusa de que tiene mucho yeso y podría venirse encima, yo que dije que haría lo que pudiera me he agarrado a la misma excusa una vez que ya he hablado con él. Donde dije digo .
  • Pues nada, ¿qué le vamos a hacer?. Por lo demás estoy bastante satisfecho. Le ayudo a sacar los bártulos y terminamos de liquidar el asunto.
  • No es necesario, no es necesario. Esto ya lo saco yo con mi señora esposa que se ha traído el carro y luego subo yo solo y ya ajustamos cuentas.
  • ¿De verdad que no quieres que te ayude?. A mí no me cuesta ningún trabajo, total simplemente estaba barriendo.
  • No, no. Yo lo prefiero así para que mi mujer no se entere del dinero que me ha dado, Phillip. De verdad, hágame caso, ahora subo yo y ajustamos cuentas.
  • Muy bien, pues nada, no insisto más. Yo de todas formas voy preparando aquí las monedas para saldar la deuda.
  • De acuerdo, ya mismo vuelvo. Ya he vuelto.
  • ¿Ya?.
  • Sí, es que los relatos son así.
  • Vale, vale. A lo que íbamos. Cuánto es lo que le debo por los techos que iba aparte.
  • Nada, nada. Eso la voluntad.
  • Pero ¿cuánto es la voluntad?. Yo no tengo ningún tipo de experiencia en catedrales así que simplemente dígame cuánto le debo que yo gustoso se lo pagaré.
  • La voluntad, la voluntad. Pero si me insiste tanto le diré cuánto me han costado los materiales y con que me pague eso ya está. No necesito más, ha sido un placer trabajar en su catedral, siempre que le he pedido dinero por adelantado lo he tenido al instante y de verdad que no necesito más.
  • Algo es algo. Sí , dígame entonces cuánto han sido los materiales que yo pondré algo de propina para que se pueda tomar un par de zumos de cebada con su señora en la taberna más cercana. Pero que conste que no hay forma de que yo sepa si la propina es mucha o poca. Aunque de todas formas creo que para bebidas fermentadas de lúpulo y cebada le llegará. Para una buena comida no sé, pero teniendo en cuenta el estado de sus piezas dentarias, no creo que eso le preocupe. Bueno, aquí tiene.
  • Muchas gracias, muchas gracias. Para mí lo fundamental es que haya quedado satisfecho, ya sabe.
  • Quédolo, quédolo.
La espera:
  • Hola maese carpintero. ¿Qué tal va todo?. Ya estamos a mediados de agosto y todavía no ha venido por aquí.
  • Pues muy bien, muy liado con otros trabajos pues mi jefe se ha comprometido a entregar unas catedrales antes de la Feria de Málaga. No sé si la conoce, es un evento que tiene lugar cada año y personas de toda Europa se pasan por aquí a comprar y vender ganado y luego gastarse los beneficios en las tabernas. Comentan que dentro de unos años lo único que quedará de esta costumbre es la segunda parte. Pero antes de que me disperse más, que sí, que ya mismo lo tienes todo listo.
  • ¿Para cuándo calculas más o menos?.
  • Pues a ver, primero que pase la feria pues ahí no me vas a pillar, luego aunque no te lo diga me iré con mi novia a Londres de vacaciones y por último te iré dando largas un tiempo más pero yo creo que ya en septiembre te lo hago seguro.
  • Septiembre, es curioso, el mismo mes que mencionó tu cuñada en tono de broma cuando hablábamos. En fin, ¿qué le vamos a hacer?. Aquí espero con la catedral llena de maderámenes varios.
  • Pues en eso quedamos.
Septiembre:
  • Ya estoy aquí. Ahora sí que sí. Ya he empezado y en esta semana te lo dejo todo listo. O quizás en la siguiente porque tengo que hacer otras cosillas pero vamos que fijo que se te queda listo.
  • Como dicen por ahí, el que espera lo mucho espera lo poco y además ya he visto la primera parte del artesonado, cómo has puesto los confesionarios empotrados forrados en madera. Han quedado muy bien.
  • Sí, ahora ya básicamente queda la cocina de la sacristía y poco más. Por cierto que no te he traído el fregadero de dos senos tal como me habías pedido, pero te lo traigo y te cambio ligeramente la cocina.
  • ¿Dos senos?. A ver que soy Phillip, procura tener más cuidado con el lenguaje, muchacho.
  • "¿Y ahora qué he dicho yo?". Umm, esto .. sí, perdona.
  • No pasa nada. A ver entonces para que yo me centre. A finales de mes cómo quedará esto.
  • Pues verás, básicamente lo tendrás todo salvo un par de puertas y la chapuza.
  • Ah, bien si sólo es eso, pues nada. Ya a finales de mes hablamos.
  • Hasta finales de mes entonces.


Y aquí dejamos esto por ahora, a la espera de la conclusión (conclusión inconclusa que algunos ya conocen).

Un saludo, Domingo.

Debajo en el puente

Debajo del puente en el río,
Hay un mundo de gente,
Abajo en el río en el puente ...

Me gusta esa canción de Pedro Guerra y me ha parecido apropiado empezar esta entrada entonándola . Se acaba el fastuoso puente, cuatro días (en mi caso) de asueto. Yo cambié miércoles por jueves de forma que el miércoles trabajé y el jueves lo dediqué a vaguear por casa sin hacer mucho salvo quizás darle un buen empujón al libro que caería al día siguiente si no recuerdo mal.

Tentado estuve el jueves de salir a correr o a jugar al fútbol, pero mi amiga la pereza salió en mi ayuda con la débil excusa de que la última vez que fui, al volver me dolía la rodilla. Para compensar, me propuse salir a correr por la playa al día siguiente.

El día siguiente fue viernes para todo el día, como diría mi amigo Antonio. Y aunque a juicio del párrafo anterior pudiera parecer que no iba a cumplir lo que me había propuesto el día anterior, sí que lo hice. Salí a correr por la playa, entre otras cosas porque lo necesitaba. Y lo necesitaba porque de nuevo había empezado a darle vueltas a según qué imposibles cosas.

Aquí lo curioso no es que cuando empiezo a desvariar y pienso que en realidad sí que es posible, que quizás si yo, entonces ella y luego ... indefectiblemente parece que salgo a correr por la playa (o simplemente a correr). Aquí lo curioso fue que esta vez no funcionó. En general, parece que patalear el suelo tiene la interesante virtud de bajarme más a la tierra. En este caso además es literal puesto que corría a nivel del mar. Tan a nivel del mar corría que un par de veces las traicioneras olas me pillaron desprevenido y acabé pisoteándolas, algo que ellas no notaron pero yo sí. Ese momento me sirvió además para descartar la analogía en la que estaba pensando. Pensaba que yo era yo y ella era el agua y entre ambos había un espacio que ninguno de los dos quería cubrir, ella porque no, y yo simplemente por orgullo herido. Pero el símil no era perfecto como se encargaron de demostrar las propias olas.

Pues como decía, esta vez no funcionó. Acabé casi con ganas de decir como Camilo Sesto: "Hola qué tal, ¿cómo te va?". A pesar de haberme prometido que dejaría que ella diera el próximo paso independientemente de cuál fuera éste. Bueno, quizás pueda decirse que una mala tarde la tiene cualquiera.

Así que me limité a descansar y a levantarme temprano el sábado para el partido de fútbol real, ése de las 9 de la mañana. Acabó el partido, me encontré en una forma aceptable y tras aproximar los frenos de la bici (veremos cuánto me duran así) llegué y me pegué una ducha. Tras la ducha vino el partido virtual, el primer partido en V división que afortunadamente también gané. Eso sí, los sueldos virtuales se han virtualmente disparado y es que se ve que fichar jugadores "sobrenaturales" es lo mejor para el rendimiento deportivo del equipo, pero no para la economía del club.

Por la tarde, con la satisfacción del deber cumplido, salí a dar un consumista paseo. Me acerqué al centro comercial con la sana intención de que el movimiento ayudara a mis pensamientos a estabilizarse y ordenarse. Aquí si tengo una analogía que puede ser buena y es que parece que las cabezas puedan ser como una caja de cerillas, desordenadas, a las que basta darles un buen meneo durante unos momentos para que al abrirlas nos encontremos todo perfectamente ordenado. Creo que ya comenté que me di cuenta de ello el día que tuve que hacer un trabajo manual para el que primero tenía que sacar todas las cerillas (fácil) y luego meterlas de nuevo de forma ordenada (fácil pero laborioso).

Bueno, enlazando con la carrera anterior, este paseo sí que me resultó más revelador. Bastó hacer (de forma inconsciente) una mini-lista de pros y contras para ver que la probabilidad de las cosas que había estado considerando eran más bien escasas. Y así, más cansado y más tranquilo, llegó esta mañana con el partido de fútbol matutino de los domingos (¿Ronaldinha seguirá con Aganzo o ya estará libre?, yo creo que esa mujer me conviene). Tras unas cuantas carreras de diferente intensidad (realmente no he llegado a sudar como yo acostumbro) el partido acabó con los habituales problemas de comunicación entre los miembros del equipo, problemas que no merece la pena reseñar.

Y esta tarde, pues esta tarde he visto "Cars" de Disney. Ha estado entretenida. Ha sido diferente de lo que yo me esperaba, que era algo más en el estilo de "Bichos" con toda la gente haciendo piña para conseguir un bien común. Por lo demás, el personaje de Rayo McQueen es inicialmente insufrible y va evolucionando hacia lo que se le presupone a todo un gran campeón, campeón como el coche legendario cuyo personaje realmente me ha encantado.

Y ¿a continuación?, pues a continuación el capítulo cuarto pues no sé muy bien por qué tengo casi más ganas de acabar la historia que de que se solucione la chapuza todavía irresoluta.

Un saludo, Domingo.

jueves, diciembre 07, 2006

The Pillars of the Earth, capítulo 3

En un principio había pensado en cuatro o cinco capítulos pero cuando reviso mentalmente lo que quiero poner en ellos dudo si tendría que aumentar el número. En cualquier caso, como no quiero que me dé el 2007 con esto, intentaremos ir avanzando con el capítulo 3.

El alicatador:
  • Hola Phillip, soy el alicatador y voy por las calles con mi moto y mi armónica para alicatar aquellas catedrales que lo necesiten.
  • Déjese de tonterías maese albañil, que lo he reconocido.
  • Bueno sí, pero es que en realidad esto es lo que a mí se me da bien, con lo que he ganado fama mundial. ¿Has estado en Notre Damme?. Pues el que la alicató aprendió conmigo. Fue hará unos diez años cuando fui a Francia de luna de miel.
  • Sí, me imagino. En fin, a lo que vamos. ¿Todo listo?.
  • Más que listo, el trabajo ya está hecho. Lo duro es la fontanería y dejar tráqueas para que cuando llegue el siglo XXI puedas meter cables de la luz, televisión y teléfono por todos los lados. A partir de ahora esto es coser y cantar. Es más para terminarlo todo no voy a simultanear catedrales como hasta ahora sino que me voy a dedicar a la tuya. Tanto ajetreo me tenía muerto.
  • Perfecto, porque al final se nos estaban yendo los plazos previstos. Yo quería haber tenido la catedral lista para las oraciones de julio y agosto y fíjate ya a qué estamos.
  • Bueno sí, pero tú ya sabes, las cosas tardan y viniendo sólo viernes y sábados no se puede hacer más.
  • Estupendo, pues estoy ansioso de ver los progresos.

  • Hola maese, ¿qué tal va todo?.
  • Va bien, pero hoy perdí la mañana porque no tenían listo el pedido los del gremio de cristaleros y ayer llevé a la burra a la revisión anual con tan mala suerte que me han dicho que la tengo "tuneada" correctamente pero a pesar de todo tengo que demostrar que las alforjas que llevo están homologadas. Los que me las vendieron me han dicho que no hay problemas, que ellos me dan un certificado de que las alforjas están bien instaladas y no hay riesgo. Hay que ver cómo son esta gente, ya mismo nos cobrarán por respirar.
  • Ahh, correcto, correcto. Bueno, ¿qué le vamos a hacer?. "Ya decía yo que veía aproximadamente el mismo avance antes viernes y sábado con dos personas que ahora durante toda la semana con una sola."
La bañera:
  • Ahh, esto tiene una pinta estupenda. ¿Ya está todo listo, maese?.
  • Sí falta que traigas la bañera que decías que ibas a traer.
  • Umm, esto ... sí pero te prometo que no es mi culpa. La pedí al Leroy Merlin y me la trajeron a las dos semanas abollada por lo que ellos mismos la devolvieron. Fui de nuevo a las dos semanas y me dijeron que había un error, que estaba anotada pero no habían cursado el nuevo pedido y por último, tras mes y medio ahora dicen que sí que está. Mañana iré por ella a ver si es cierto.
  • De acuerdo, no es problema. Siempre hay cosillas, se va combinando, se va combinando.
El capullín:
  • Bueno, ya está la bañera. Coincidió además con que estaban aquí los maeses herreros que vinieron a medir para las rejas.
  • ¿La reja? pero si está aquí. Sí es que la han hecho en tiempo récord. Ya está lista para ponerla.
  • Muy bien, pues esta tarde yo la pongo. La agarro con los tornillos a la pared y ya está.
  • ¿Tornillos?. No tiene tornillos, tiene una garra que se introduce en la pared. Además de que los tornillos son más antiestéticos (aunque más sencillos de poner para ti), ya te comenté que te pusieras en contacto con ellos para aclarar si iban a ir con tornillos o garras.
  • Ahh, eso sí pero ... bueno, da igual. Lo que ocurre es que las garras son muy largas así que tendré que cortarlas un poco. Le han dejado unas garras de águila. Pero eso no es problema, yo las corto en exceso para que cuando luego maese herrero tenga que soldar las dos partes te diga que soy un capullín.
  • ¿Un capullín? ¿eso qué es?. Recuerda que soy Phillip y que por tanto no estoy acostumbrado al román paladino, yo soy más de latín clásico.
  • Un capullín ... esto jejejeje. Nada, es una broma entre herreros y albañiles, ya verás cómo se ríe el herrero, ya verás.
  • Ahh, bueno, si sólo es eso ...

  • Hola Phillip, soy maese herrero. ¿Te acuerdas de cuando jugábamos al fútbol?.
  • Claro hombre, cómo no voy a acordarme. Esto está bien, va a trabajar en mi catedral hasta mi hermano. "Ah no, que mi hermano no trabaja". Bueno, ¿qué tal?.
  • Muy bien, muy bien, aquí traigo el grupo electrógeno portátil que será la envidia dentro de diez siglos.
  • Mooolaaa. Upps, perdón. Quería decir que esa información proporciona un cúmulo de insospechadas sensaciones gozosas en mí.
  • "Qué tío más raro.". Bueno, yo aquí a lo mío ... por cierto, el albañil es un poco "capullín", mira cómo te he tenido que dejar esto. No queda sitio para más. Te lo he disimulado como he podido pero ...
  • Jejeje, sí ya me dijo que te haría gracia, pero no sabía exactamente a qué se refería. Es más sigo sin entenderlo muy bien pero imagino que al ser una broma entre vosotros, la entendéis mejor.
  • "Lo que decía, qué tío más raro". Bueno, no te preocupes, aquí apenas se ve. Ah, por cierto, mañana te traigo la otra reja.
  • ¿Mañana?, ¿igual de rápido que la anterior?
  • Bueno, en realidad no. En realidad te tardaré algunas semanas pero tampoco es cuestión de quedar mal sin necesidad, ¿no?. Yo ya te aviso cuando la tenga.
  • Perfecto porque también tengo que avisar a maese albañil que quiere cobrarme la instalación de esa reja.
  • ¿Después de toda la obra?. Lo que yo decía, un capullín.
  • Jejeje, aunque todavía no termino de pillar la broma. Bueno, muchas gracias. Ya nos vemos.
La renegociación:
  • Hola maese, ¿qué tal va todo?.
  • Pues muy bien salvo que no quieres darme más dinero.
  • Ya, pero ya te dije en el capítulo uno que te daba no sé cuántas monedas de plata más y que de ahí íbamos cogiendo las cosillas éstas que surgieran. No recuerdo la cantidad exacta pues se trata del capítulo uno y no tengo muchas ganas de mirarlo.
  • Sí, es cierto pero es que el presupuesto que te di al final no era demasiado preciso. En particular los cristales han subido y luego me pediste el climalit, ya sabes.
  • Sí bueno, pero con lo que te di sobra para esas cosas.
  • Ya, pero es que también he hecho muchas cosas que no habíamos hablado, las gotas en las ventanas de la catedral, los muebles de obra para las pilas de agua bendita y esas cosas.
  • Pero los muebles sí estaban en el presupuesto original, míralo.
  • Sí, puede ser, pero también hay más cosas, me llevé los escombros, ahora voy a poner la escayola ...
  • "Sí las cosas de las que dijiste que te encargarías y que imaginaba entraban en esa categoría de 'lo que vaya saliendo' y por lo que decías que no me ibas a cobrar". Muy bien, muy bien. No me gusta discutir y menos de dinero. No te preocupes que a partir de ahora hablamos las cosas una a una y si es razonable te pagaré por ello. Aparte yo pagaré materiales como la escayola que al fin y al cabo es una minucia y las puertas de aluminio para los muebles de las pilas de agua bendita. Ah, eso sí. Te pediré que corrijas algunas cosas que no has hecho como no poner el suelo en las gotas de las terrazas ya que ahí era de sentido común que fuera el suelo.
  • De acuerdo, me parece justo "aunque en realidad tengo la sensación de que te estás portando mal conmigo después de todo lo que he hecho por ti".
El alquiler:
  • Hola Phillip. Soy la señora esposa de maese albañil. Ahora mismo no está, se ha dejado aquí el inmóvil. Pero si quieres deja el recado que yo se lo doy.
  • Hola señora. Sí verá, es que necesito que maese venga a terminar de corregir algunas de las cosillas que todavía no están bien. El grifo que gotea, los ventanales que no cierran a pesar de que teóricamente ya los había arreglado, el termo nuevo que he tenido que comprar porque el viejo no funcionaba "y que sospecho pueda haberse quemado porque lo dejó conectado y sin agua" etcétera.
  • Bien, no te preocupes, yo se lo digo. Por cierto, en otro orden de cosas. Quisiera darle una sorpresa a mi maese y pasarnos un fin de semana rezando ahí con el niño. Ya estuve en el verano junto con mi suegra y al lado de la a playa se reza muy bien. Además me han dicho que querías cobrar la entrada a la catedral para los penitentes que van de paso y allí se alojan por lo que quería preguntarte cuánto sería.
  • ¿Dinero?. No te preocupes buena mujer. Vosotros os venís un fin de semana, me lo decís para que yo intente dejar esto lo más decente posible y no os cobro nada. Si ya bastante ha trabajado maese en la catedral. "Hay que ver lo que xxxx esto de ser Phillip, lo que tenía que hacer era cobrarles igual que él no tiene reparos en pedir más dinero, pero bueno, Phillip es Phillip".
  • Ah, muy bien, lo que ocurre es que necesitaría que hubiera unos servicios mínimos porque iríamos con el niño y necesitaría calentarle la comida y tal.
  • Uff, pues el artesonado no está listo. Tu cuñado el maese carpintero tiene que venir por aquí y hasta entonces no estarán listos ni el artesonado ni la cocina para los peregrinos.
  • Pues entonces hasta septiembre, ¿no?.
  • Esperemos que no, pero tampoco parece que se vaya a dar mucha prisa. En cualquier caso tú lo ves más a menudo que yo. Puedes preguntarle a ver.
  • Sí, pero no corre prisa. Bueno, tú ya me avisas.
  • De acuerdo.

Y así concluye el tercer capítulo, a falta de que haga su entrada maese carpintero y con toda la albañilería lista ... salvo algunos detalles e imperfecciones.

Un saludo, Domingo.

Rimando

Llevo un tiempo pensando que tengo que seguir entrenando en esto de las rimas. Quizás espoleado porque en otros blogs se rima cada vez con más soltura, quizás animado por las cosas que pasan, por las que no pasan, por las que pienso y ¿por las que no pienso?. En cualquier caso, lo cierto es que sin venir a cuento me encuentro mentalmente buscando rimas, normalmente con dos o tres versos que buscan el tercero o el cuarto y que no tienen mala pinta. Es justo en ese momento cuando pienso que tengo que sentarme a ponerlas negro sobre blanco ... pixel negro al lado de pixel blanco. Pero queda en eso, en un pensamiento y los versos se pierden como se perderían los bellos y perfectos copos de nieve que cayeran sobre un incendio de indolencia.

Por este motivo, y para romper esa rutina de indolencia, he pensado en retomar las buenas costumbres, elegir una temática al azar, pero no del todo (básicamente sólo pediré que sea algo lo suficientemente neutro) y empezar a rimar. Podría ser el pollo, pero no va a ser. En este momento me viene a la cabeza aquélla de la flor, una de las que más me gusta debido a su sencillez así que puede ser que haga algo así.

Así que empecemos, tema elegido ... el romero.

Que me perdonen si demuestro mi ignorancia al respecto pero yo sé perfectamente que no soy más que un cateto de ciudad.

Rosmarinus Officinalis
Rocío marino romano.
El Romero presta su aroma,
El Tomillo hermano emana,
Despliega Espliego frescor,
Fragantes cada mañana.
Descubren al cuarto ladrón.
De cuatro aromas estroma,
Tras el apuesto romano,
La Salvia Officinalis.

Bueno, y así queda. No ha quedado redonda para mi gusto, pero no está mal :-D.

Un saludo, Domingo.

martes, diciembre 05, 2006

La cena en el barco

Anoche fui a cenar a un barco. Nada que ver con el "Dawn approach" de infausto recuerdo en el que hace casi siete años eché hasta la última papilla. Esta vez se trataba de un barco velero que no surca la bahía, es más, ni motor tiene. Es simplemente un barco restaurante de semilujo que tiene la intención de quedarse anclado en el puerto de Málaga durante diez años.

Aquí se puede ver la noticia de la inauguración (noticia que yo desconocía hasta ayer mismo, claro está):
http://www.20minutos.es/noticia/149355/0/barco/restaurante/publico/

Y en esta otra página se pueden ver las impresionantes fotos del barquichuelo. Hay que reconocer que se lo han currado a base de bien (las fotos andan por el final pero las diferentes cosas que van contando antes también son interesantes):
http://skyscrapercity.com/showthread.php?t=377190

Bueno, todo empieza cuando durante la mañana y la tarde del lunes tenemos una serie de reuniones con nuestro jefe francés. En la última de las reuniones nos comenta mi jefe español a un compañero y a mí si queremos ir a la cena. Ambos declinamos la oferta (todavía recuerdo a aquel caballero comprador, en el Leroy Merlin, que se declinaba por la primera opción) que no pues nos pillaba lejos y además creo que pensábamos que nos lo decían simplemente por cumplir. Poco después, mientras preparaba rápidamente una mini-planificación, me volvieron a insistir para que asistiera por lo que evidentemente ya no podía rechazar la invitación. Además ya me comentaron que el sitio sería el anteriormente mencionado barco, por lo que además tampoco tenía la excusa de la distancia y por supuesto acepté. Y allí fui yo como invitado pobretón, casi diría yo, entre gerentes y gerenciables.

Por cierto, la entrada al recinto portuario, al menos hasta donde está el barco, es un pelín rebuscada. Tienes que entrar por la entrada principal del puerto, pasar por la garita explicando a dónde vas y ellos ya te indican el sinuoso camino que hay que seguir. El lado positivo es que puedes aparcar gratis al lado del barco. Una vez que entras en el barco, lo que se ve es lo que aparece en las fotos, evidentemente y tras la vueltecita de rigor en la que se puede apreciar lo bonito que lo han dejado y la cantidad de madera que tiene por dentro y por fuera, ya se puede pasar al comedor.

Allí pasamos y mientras esperábamos al resto de los comensales, el camarero nos explicó que todavía hay un carpintero trabajando exclusivamente en el barco, que no tiene motor pues al contrario de lo que nosotros pensábamos no está pensado para ir atracando en diferentes puertos sino en ser un restaurante permanente aquí en Málaga y alguna que otra cosilla más. Entre otras, que antes eran 50 empleados y ahora son 25. Y es que el barco tiene que ser deficitario por fuerza, de hecho, anoche sólo cenamos allí 6 personas: nosotros. Por lo visto los fines de semana sí se anima más la cosa, pero se ve que la falta de promoción, el lugar no demasiado adecuado donde estará emplazado los dos primeros años y por último sus precios poco populares hacen que un lleno esté complicado.

Para quien quiera hacerse una idea, el cubierto cuesta 6 euros, un entrante ronda los 12 euros, un primer plato ronda los 24, un postre entre 6 y 9 y todavía falta el vino y el 7% de IVA, si mal no recuerdo. Evidentemente es un sitio para cenas de semilujo (o de lujo entero) y me temo que yo sólo lo pisaré en comidas o cenas de empresa.

Bueno, eso es más o menos todo en cuanto al barco. En cuanto a la cena, en sentido amplio, estuvo muy bien. La comida era buena (ya les valía), la camarera guapa y la compañía resultó agradable. Pasamos la noche cambiando del inglés al español ya que los españoles sabíamos poco francés y el francés sí hablaba un español decente así como un buen inglés. Al final, de mi proyecto, asistí yo solo pues el resto de personas no pudieron ir por uno u otro motivo, pero eso no fue óbice ni cortapisa para que la velada resultara bastante agradable.

Y por último, cuando iba y venía en el coche de mi hermano, no dejaba de pensar en una cosa. Realmente era una situación típica de película americana. Abogado a punto de subir a socio en el bufete y matrimonio joven celebrando que las cosas van bien en lo profesional y geniales en lo personal. A continuación se ve la misma pareja 20 años después con el matrimonio casi roto, él pasando cada vez más tiempo en el bufete y a punto de irse a vivir con la secretaria con la que tiene un affaire y la sufrida mujer a cargo de los niños y la casa. Aunque para ser honestos, en cómo estaría la situación a los 20 años no pensé mucho, pensé más en que a la vuelta no contaría a nadie cómo había ido todo ni conjeturaríamos acerca de cómo podría evolucionar el futuro cercano. Pero bueno, imagino que esas historias también pasan en los Estados Unidos aunque no vayan a la gran pantalla ;-).

Un saludo, Domingo.

sábado, diciembre 02, 2006

The Pillars of the Earth, capítulo 2

Se acaba la semana, antesala del puente de la Constitución, la "Consti" para los amigos. Vamos a ver cómo evoluciona el trabajo pues lo que es ahora mismo, todo pinta a que o metemos un montón de gente de golpe en el proyecto, o dormiremos allí. Para terminar de arreglarlo, últimamente he vuelto a pensar en cómo una petición histórica de las mujeres a los hombres es que sean honestos (que por otro lado, en mi caso, es básicamente lo único que puedo darles) y cómo las mujeres que no han pasado por mi vida este año que casi acaba, no lo han sido, o al menos no como yo quisiera. Y a eso podríamos sumarle que las clases de francés se han visto suspendidas cautelarmente.

Pero bueno, por lo demás no tengo mucho por lo que quejarme, salvo de mí mismo y de no haber pedido ya las camisas nuevas que mi madre se trajo de mi casa para lavarlas y que todavía no ha devuelto (quizás porque teme acertadamente que eso signifique el comienzo de algo que ella preferiría que no ocurriera).

Umm, en cierta forma me doy cuenta de que ya casi me había olvidado de la chapuza, y que sólo el capítulo 2 me lo ha recordado. Así pues, empecemos con él:

El primo de Zumosol
  • Hola maese albañil, ahora entiendo por qué desdeñaste mi ofrecimiento para echarte una mano en todo lo que necesitaras durante la obra. Menudo primo de Zumosol tienes.
  • Sí, dieciséis añitos de vellón y destaca en todas las disciplinas atléticas. Sobre todo en el lanzamiento de peso. Es como Supermán Martínez pero además es capaz de practicar capoeira.
  • :-|.
La vecina del quinto
  • Bueno, y ¿cómo sigue la obra?.
  • Va bien, el proceso de destrucción de la antigua mezquita ya ha concluido y ya estamos abriendo las rozas (gracias Vicente) por donde meteremos todo el cableado de la catedral.
  • Ahh, eso está muy bien. Somos los pioneros y en un futuro en todas las catedrales habrá cosas parecidas. Es más, en la de Badajoz hasta pondrán pantallas planas gigantes para quien no pueda atender al servicio.
  • Interesante predicción, sobre todo para un día como hoy, Jueves Santo.
  • Eso digo yo, Jueves Santo y sus "señorías"no paran de martillear desde las 10 de la mañana. Que sepan que hoy es fiesta pública y no se puede hacer ruido. Deberían conocer la legislación vigente en el municipio. O deponen su actitud o les denuncio que probablemente ni permiso de obras tendrán.
  • ¿Y quién es usted señora? ¿y cómo es que su texto aparece igual de negro que el nuestro y sin ninguna otra marca delatora?
  • Soy la vecina del quinto, conocida por otras personas como el azote de las reuniones de vecinos de las catedrales colindantes. Ah, y mi texto aparece en negro porque el autor quiere fomentar la confusión.
  • Glupp, vaya señora, mejor dejo que se las entienda con maese albañil que tendrá más tablas y si tengo que actuar, ya actuaré. Por ahora me quedaré aquí detrás de la puerta. Es una actitud un tanto cobarde que encima me impide saber si está buena. Cachis. Por otro lado, lo mismo aprendo algo de esto. Veamos qué ocurre.
  • Señora, ya estuvo aquí el otro día con su cohorte, y su propia cohorte le dijo que no habíamos empezado cuando usted decía sino mucho después. Y que tampoco hemos echado abajo ningún muro de carga sino que hemos quitado los azulejos de cocina y baño.
  • Sí bueno, pues a mí me han salido unas grietas y eso tiene que ser culpa suya y si no lo es da igual, yo lo que quiero es que paguen.
  • Pero señora, atienda a razones. ¿No ve que su catedral es la del quinto mientras que ésta es la del tercero?. Los causantes de las grietas deben ser en realidad los maeses chapuzas que usted contrató para su obra hace casi un año. Eso le pasa por contratar a chapuzas en vez profesionales como nosotros.
  • Bueno, bueno ... ya mandaré llamar a un maese perito para comprobarlo. Eso sí, o guardan silencio ahora o deberán guardarlo para siempre. Ya me encargaré yo de ello.
  • Esto ... vale.
El permiso de obras
  • Esta tía va de farol. Tú puedes hacer lo que te dé la gana en tu catedral.
  • Ya, pero es que yo soy el que tengo la catedral nueva aquí, no me interesa crearme enemigos tan pronto. Mejor descansamos hoy y ya está. Total, un día más, un día menos es lo mismo.
  • No sé cómo se las arreglan el malvado Waleran para contratar a un mendaz vecino en todas las catedrales que voy a construir. Claro, las catedrales atraen a mucha gente, muchos negocios, dinero y por tanto poder. Waleran y William intentarán obstruir la construcción.
  • Es cierto, mejor me pertrecho. Voy a sacar el permiso de marras, digo de obras.
  • Sí es un papelito que no cuesta muy caro. Dos o tres sestercios.
  • ¿Sestercios? La monedas oficiales aquí no eran las monedas de plata? ¿Qué pinta un sestercio aquí?.
  • Pues nada, que también es de plata y que tengo que demostrar que aunque maese albañil, también tengo yo mi culturilla general. ¡Si hasta toco la guitarra!
  • Muy bien. "Pues por dos sestercios ya podías haber sacado tú el permiso o habérmelo dicho"
La cantera
  • Aquí vengo. Observad el permiso de obras. Aquí lo tenéis en caso de que venga vuestra amiga buscando guerra.
  • Sí, aunque es una pena. Se ha venido a quejar justo cuando se habían acabado las cosas ruidosas. Ya quedan dos o tres días de ruido y después a poner losas y suelos.
  • Bueno, da igual. Al menos somos ya una catedral que ha pagado sus impuestos, sin nada que temer salvo que las carretas de Leroy Merlin no traigan los materiales a tiempo. Habrá que tener cuidado pues ya le pasó algo parecido al Phillip original y todo acabó con una pelea administrativa en la cantera.
  • Y ¿para cuándo está prevista la llegada de los cantos rodados y similares?.
  • Pues creo que en la tercera semana de aquí a contar.
  • Ahh, pues yo creo que viene bien, y si no ya se va combinando con otras cosillas para no quedarse uno parado. Por cierto, acostúmbrate a esto de combinar porque lo vas a escuchar a menudo.
  • De acuerdo, tomo nota.
  • Bueno, pues ya estoy aquí de nuevo. ¿Será ése el carretista del Leroy Merlin?
  • Sí yo soy. Has tardado mucho.
  • Claro, porque me dijisteis que me llamaríais antes de venir, no cuando estuvierais aquí.
  • Bueno, pues nada. Firma aquí y ahí tienes esas cajas mojadas para que las subas a la catedral del tercero.
  • Madre mía, qué panzada de trabajar me espera. Menos mal que está aquí este chavalín de antepasados británicos que quiere ser portero de fútbol y que me ayuda a contar las cajas que me quedan así como me da ánimos diciendo que no podré con todas. Es majo, se nota que es guiri, y además, seguro que será mejor portero que contable. En fin, vamos por la primera caja.
  • Ah, hola primo de Zumosol. Menos mal que estás aquí porque yo sólo iba a tenerlo complicado. Fíjate lo que he subido ya mientras mi hermano, ése que hará carrera junto a la aristocracia, iba a buscarte.
  • Vale, pues vamos a ponernos manos a la obra.
  • De acuerdo. Ponte tú con mi hermano y lo lleváis hasta el ascensor y allí los subís con la carretilla hasta la catedral. Yo continuaré a mano aquí ya que este tramo de escaleras con se puede hacer con la carretilla.
  • Corriendo voy.
  • Corriendo va y corriendo sigue tras hora y pico. ¡Qué prodigio atlético, la verdad!. Claro que también tiene 16 años. Y yo aquí subiendo las cajas de una en una y fallándome las fuerzas desde hace rato. Menos mal que ya quedan pocas. A ver chavalín rubito con pinta de querubín travieso. ¿Cuántas cajas me quedan?.
  • Doce.
  • Quedan doce arriba, pero ¿y las doce de abajo?
  • Ah, es verdad.
  • Bueno, me llevo ésta de arriba. ¿Entonces cuántas quedan?
  • Ahora once.
  • Vale, déjalo. No te preocupes.
Horas más tarde:
  • Bueno, por fin hemos acabado.
  • Sí, yo ahora después iré al gimnasio. Esto no ha estado mal para calentar.
  • "Y a mí me duele todo, ¿será mamón?". Anda hermano, conduce tú que yo estoy muerto.
  • Yo estoy bien, total tardé más de una hora en ir por el halterófilo y luego me escaqueé para ir por agua.
  • Sí por eso lo digo.
  • Arghh. Tenía que haber conducido yo la carreta. Tu conducción brusca me ha mareado y me encuentro regular nada más. Lo que me faltaba. Bueno, ve a aparcar que yo te espero aquí tomando el fresco a ver si mejoro. Sí, parece que ya se me va pasando.
Y con esto se acaba la fase de fuerza bruta y de destrucción para dar lugar a continuación a la fase donde maese albañil podrá demostrar si su talento es comparable al de Bofil ... hijo. Pero eso será ya otro día.

Un saludo, Domingo.

jueves, noviembre 30, 2006

The Pillars of the Earth, capítulo 1

A ver, en realidad es mitad relato, mitad adaptación del original de Ken Follet. El libro viene al pelo por la temática y por la variedad de personajes. Aquí yo hago de Phillip, no podía ser de otra forma. Dudo que otro personaje me venga mejor. Los otros dos personajes no sé muy bien, pero podrían ser esbirros mandados por Waleran Bigod (Por Dios) para retrasar la construcción de la misma y por último Tom o Jack no aparecen porque no hay presupuesto suficiente. Aliena, muy a mi pesar, tampoco lo hace.

Presupuesto primero:
  • Hola buenas maese albañil, necesito un presupuesto para la catedral. ¿Me lo puede proporcionar?.
  • Sí cómo no, a pesar de haber llegado tarde a nuestra cita y no haberte avisado, tranquilo que te paso el presupuesto. A ver cómo lo hacemos ... vale, se lo paso a mi cuñado, que lo escanee, lo convierta a pdf y te lo envíe.
  • Interesante, ¿se te ha ocurrido a ti el procedimiento?.
  • No, qué va, a mi cuñado.
  • Ahh, ya decía yo. "Tu conversación resulta más bien escasa. Menos mal que te quiero sólo para una obra y no para hablar contigo"
  • Vale, ya lo tengo. Me lo tengo que pensar. ¿Y cuándo dices que podrías empezar?
  • Pues dentro de dos meses.
  • Dos meses es demasiado, yo quisiera poder estar rezando en la catedral en verano.
  • Pues necesito tu confirmación porque mi me quieren en otra chapucilla y tal.
  • Correcto, pues mejor chapuceas a gusto.
Presupuesto segundo:
  • Hola maese arquitecto. Viene usted muy bien avalado por la propietaria de la catedral vecina.
  • Sí, yo la reformé y también reformé alguna otra de los alrededores. Ah y que sepas que no me gustan las chapuzas. Si vieras lo que le han hecho a unos vecinos míos ...
  • Perfecto, eso me gusta. Aunque sé que no te voy a contratar pues sin duda debes ser muy caro, dame un presupuesto a todo lujo para que sepa cuánto tendría que gastarme en la catedral.
  • Pues tendrías que gastarte mucho más de lo que quisieras, sin incluir el artesonado, claro está. Te paso el presupuesto vía correo electrónico usando la cuenta de mi hijo Ígor, ¿de acuerdo?.
  • Por supuesto, faltaría más. Ahh, aquí está, me acaba de llegar. Un presupuesto digno de una obra faraónica, sin lugar a dudas. ¿Y si quitamos las palmeras de la catedral?, yo es que tiendo más a la funcionalidad, la verdad.
  • Uff, quitando las palmeras, las pirámides y la arena se te queda en ... demasiado.
  • Vaya por Dios, pues nada, ya te llamaré.
  • Con ello cuento.
Presupuesto tercero:
  • Hola dúo dinámico. Sabed que sois mis preferidos desde el principio. No en vano os conozco desde que éramos pequeños. 30 años de conocimiento no es moco de pavo. Bueno, contadme. ¿Qué me ofrecéis?
  • Pues yo corto las piedras en la cantera, te hago los cimientos, levanto la catedral y la te la dejo lista para que llegue el pintor y mi hermano coloque el artesonado.
  • Y yo te diseño toda la bóveda y te forro de madera la sacristía y los confesionarios.
  • "Interesante, además es justo lo que necesito. Sin dudarlo esto resuelve mis problemas, gente de confianza a la que poder dejar sin supervisión (yo no podré estar aquí más que puntualmente para ver si necesitan algo) y encima son hermanos así que la comunicación será fluida." Pues muy bien, me habéis convencido, a ver esos presupuestos.
  • Éste es el mío.
  • Y éste el mío.
  • Ah, muy bien, muy bien. Pues hecho, podéis empezar a trabajar. A ver usted, maese albañil, reunámonos un momento para hablar de las condiciones de pago.
  • Sí, verá, con respecto a lo que hablamos antes, vamos a hacer unos ligeros cambios. éstos. ¿En cuánto afecta eso al presupuesto?.
  • A ver que lo revise con cuidado ... pues esto dejaría el presupuesto en 2090 monedas de plata.
  • Muy bien, 2100 para redondear. Bueno, yo le voy a dar 2200 monedas de plata y las cosillas que vayan saliendo, que saldrán, seguro que saldrán, las cogemos de ahí.
  • No, no es necesario, las cosillas que vayan saliendo se van haciendo, eso no es problema.
  • No, no, insisto. Prefiero que así sea.
  • De acuerdo, entonces el que no insiste soy yo.
Y he aquí cómo el buen Phillip contrató al albañil que había dado el presupuesto a ojímetro, en vez de a los otros dos que habían dado un presupuesto más profesional. Y he aquí que empezó la construcción de la catedral y con su inicio, acaba el final del capítulo 1.

Un saludo, Domingo.