viernes, mayo 05, 2006

Saudade, saudade

Sí, ya sé que estoy algo cansino con el tema. Jartible o hartible podríamos decir también ( http://www.antonioburgos.com/mundo/2001/05/re050801.html ), pero no puedo evitarlo. Además de ser una palabra de ésas que se te quedan grabadas a fuego ( como misántropo, dipsómano, inicuo, lunfardo o pluralia tantum, aunque estos últimos necesitaron algo más de repetición), es un sentimiento al que le tengo cierta afinidad últimamente. Y no es sólo por los temas sentimentales, que también, es por todo en general; conceptos de la vida que, casi con treinta años, tienes que asumir (porque todavía no lo has hecho) y que no tendrías problemas en asumirlos de no ser porque Giovanni con unos cuantos menos ya te hablaba de ellos hace tiempo. Pues sí que estaba desactualizado, sí ...

Así que haremos caso a Giovanni y aprovecharemos estas épocas para volver a buscar los pareados que hacía unos meses que dejé olvidados en cualquier lado; no es ni descartable que se fueran junto con los muebles de la cocina o los azulejos de los cuartos de baño.


Saudade, saudade:


Te grito, te llamo, te amo, sé que no debo,
Te pienso, te palpo, te escapas, lo veo,
Te vivo, me muero, me odio, lo creo,
Te como, me amargas, me aguanto, no bebo.

Te dejo, te cojo, me acobardo, me atrevo,
Me crezco, me caigo, gigante, pigmeo,
Lo intento, no puedo, más solo, más feo.
Te olvido, me engaño, me dejo, me llevo.

Saudade, saudade, elegante morriña,
Saudade, saudade, insalubre nostalgia,
Saudade, saudade, la más cálida escarcha,
Saudade, saudade, ¡encontraré a esa niña!,
Saudade, saudade, ¡qué ilusa es mi magia!,
Saudade, saudade, la encuentro y se marcha.

Un saludo, Domingo.