domingo, octubre 01, 2006

Press button to continue

1st week of vacations/holidays over
Press button to continue.

Con algo así se podrían resumir estas horas finales del domingo, antesala de las primeras horas del lunes, a la sazón primer día (del calendario laboral) de mi segunda semana de vacaciones. Y siguiendo con el símil lúdico, dentro de una semana me encontraré con el consabido "Insert coin to continue", pero ya no habrá más "coins".

Y que conste que no me quejo, que hay muchas personas que disfrutan ahora de las vacaciones del año pasado o que incluso no disfrutan las vacaciones. Pero eso por supuesto no quita que yo sea eso lo que sienta en este momento.

Bueno, aprovecharemos que estamos en el ecuador vacacional para hacer un pequeño (o quizás no tanto) resumen de lo acontecido en esta semana que ya se escapa y a la vez, un pequeño (éste sí que será más pequeño) adelanto de lo que queda por venir.

Empezados por lo pasado. Como ya es sabido, domingo y lunes estuve dedicado a la adecentación de una casa que no es la mía (o la de mi banco). A todo esto, si alguien está interesado en comprar una casa con unas buenas vistas, bien situada casi en el centro de Málaga, que avise ;-). Después tiré para mi propia casa, lugar en el que he pasado la mayoría de los días de la semana y la verdad es que se ha notado. Ya están puestos los accesorios de baño, plafones, apliques etc. Eso implica entre otras cosas que ya tengo también una buena luz puesta en la cocina en vez de la triste y alejada bombilla que había antes. Tiré también la mayoría de las cosas que seguían dando vueltas por allí desde los inicios esperando a que les presentara el camino al contenedor de basura y ordené/reordené todas las estancias de la casa. Y por último, compré el sofá que supuestamente me llevarán el miércoles próximo y que teóricamente cerrará la CASA v1.0 (primera versión estable).

Aprovecho ahora para comentar lo que queda, parte de lo cual irá cayendo durante esta semana. Queda limpiar algunos muebles (en particular los armarios empotrados por dentro), limpiar el pasillo a fondo, limpiar los cristales ... queda comprar un colchón y vestir las camas, queda la colocación de mesitas de noche, quedan las cortinas, quedan ... pero a diferencia de tiempos pretéritos, cada cosa que hace sabes que está hecha y que ya no es probable que "resucite" debido a nuevas e inesperadas obras. Excepto que pase como con el microondas, que cuando lo compro descubro que ni albañil ni carpintero advirtieron, quisieron advertir o advirtieron pero no quisieron advertirme de lo que habían advertido. Resumiendo mucho, resulta que el microondas no tiene enchufe en la pared; así que necesito que el albañil descubra la vertical por la que pasa el cable hasta un enchufe superior y ponga un nuevo enchufe ahí. Otra vez a llenarse las cosas de polvo, pero bueno.

Y vuelvo a las cosas realmente interesantes de la semana que aparte de los progresos mayores o menores, han sido las experiencias vividas en eso que ya empieza a parecer mi casa. Por lo pronto ya he comido un par de veces allí y he comido en base a mi dieta y experiencia americanas; esto es, ensaladas con lechuga, arroz cocido y tomate básicamente. Una ensalada de arroz pero con lechuga (que además no va mal para la línea :-P). Aunque esta vez sí que tenía a mi madre a menos de 8 horas en avión y ella ya se encargaba de darme algo en tupperware para que llegado el caso, pudiera desfilar en la pasarela Cibeles :-D.

El caso es que he recordado esos buenos momentos allí en mi apartamento alquilado de Chicago, ése que pudo haber sido mío por unos módicos 50 millones de pesetas al cambio del dólar al euro y del euro a pesetas. Y de haberlos tenido, los hubiera pagado porque realmente el apartamento 4203 me encantaba. Ahh, nostalgia. Pero aquí tengo otras cosas que no tenía allí en Chicago y no es sólo televisión en español, me refiero a la playa. Pasó el verano y sólo fui a la playa un día (ya lo comenté). En cambio esta semana he ido tres veces, cada vez más tarde y cada vez con mejores resultados.

El jueves fui sobre las 18:30 o así. Había poca gente (entre ellos dos parejas de algún país del este, aficionadas a la cerveza que buscaba algo que se le había caído en el agua a una chica de cuerpo escultural a la que no tuve el placer de saludar) que en su mayoría se encontraban recogiendo los bártulos. El agua un pelín fresquita al entrar pero luego muy buena. Tan buena que se me quitaron las ganas de correr por la playa y me dediqué a disfrutar del agua. El viernes fue sobre las 19:30, cuando empezaba a anochecer. Quedaban tres o cuatro rezagados, algunos paseantes y un procedimiento ya conocido de meterse poco a poco pues estaba fría, pero de completo disfrute una vez estabas dentro. Y hoy he ido a las 20:00 cuando prácticamente era de noche. Quizás hago un poco el tonto describiendo algo que la gente está acostumbrada a ver/sentir, pero es mi diario y me da igual ;-).

Te metes poco a poco, notando como el frío del agua iba cerrando venas y capilares de piernas dilatados del partido matutino. Es la fase del dolor en piernas y pies debido a que el cuerpo decide de motu propio que no está bien eso de perder calor a espuertas. Una vez superado llegas a la zona de la cintura y ahora introduces los brazos en el agua, a una altura ligeramente superior a la de las muñecas. Se repite el proceso pero ahora en las manos. Un par de minutos después ya estás listo para seguir avanzando un par de metros y quedarte ahí otro par de minutos hasta que decides que ya está bien y que toca zambullida. Te zambulles en el agua y sales casi al instante, sorprendido de que ahora no has sentido nada y preguntándote si eran necesarias tales alforjas para ese viaje. Concluyes que sí y que no has sentido nada debido entre otras cosas a que tu cuerpo ya sabía lo que iba a pasar y había tomado medidas.

Y una vez dentro, miras al horizonte que está justo a la altura de tus ojos y no es más que una especie de línea negra que une un par de gradientes de azules celestiales y terrenales o acuáticos. Te das la vuelta y ves grupúsculos de luces sueltas en lo que parece un "skyline" de la primera línea de playa (y posteriores) que acaba en montañas de unos 300 metros digamos. Piensas que tan sólo a uno o dos kilómetros de la línea de playa hay montañas de una altitud relativamente considerable. Piensas en lo curiosa que es la Tierra y cómo está formada aunque desechas el pensamiento tras analizar que la situación en la otra dirección (hacia dentro del mar) es probablemente mucho más drástica, que de hecho sólo una cuarta parte de la Tierra se encuentra por encima de las aguas y que si el Everest asciende a 8488 metros (aunque mis últimas informaciones es que los chinos decían que eran 4 metros menos, que cuando le hicieron la foto se puso de puntillas), su homólogo en las profundidades abisales es la fosa de las Marianas que llega hasta los 11 kilómetros de profundidad. Y entonces dejo de pensar tonterías y me dedico a disfrutar del agua y a preguntarme cuándo se pondrá el agua tan fría que no podré hacer eso. Ya lo iremos comentando.

Y bueno, creo que esto más o menos es todo que entre otras cosas ya también es tarde y estoy cansado.

Un saludo, Domingo.

1 Comments:

Blogger La bailarina descalza said...

Esa es la mejor hora para disfrutar de la playa.
Ya sabes que cuando me hablan de vacaciones, me da cierta envidia...aún me quedan tres meses de este año para encontrar mi oportunidad de descansar.
Aprovechas los días que te quedan!!!
Saludos, Lu.

8:26 p. m.  

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