viernes, septiembre 15, 2006

En el cielo borreguitos

"En el cielo borreguitos, agua a cantaritos". Eso decía un viejo refrán que aprendí en mis años mozos junto con otros como : "Amigo que no presta, cuchillo que no corta, que se pierdan, poco importa". A decir verdad, memoricé los dos refranes más o menos a la vez, pero el segundo tardé muchos años en comprenderlo en su plenitud.

Y todo esto por ... ¿los amigos? ¿los borregos? ¿los cielos?. Pues un poco de todo. Esta tarde venía del trabajo y me asombré a mí mismo al observar un límpido cielo azul por el que peregrinaban jirones de nubes. No hubiera estado mal retratarlo, ni tampoco haber retratado un cielo similar con una única nube que se había perdido y que intentaba de forma poco exitosa subir hacia arriba a ver si encontraba a alguna amiga que tuviera un mayor estatus social. Es increíble cómo simple vapor de agua puede llegar a estar tan localmente situado y a la vez definido sin ahogarse entre tanto azul.

Volviendo a la historia, el caso es que hoy el cielo me ha parecido además el cielo de los Simpsons y encima he recordado el refrán y lo he relacionado con las lluvias (en los últimos días ha llovido varias veces) y cómo no, con los borregos, sobre todo si se parecen a mí. También he pensado si en caso de ser cierto que estaba en un capítulo de los Simpsons, si no sería yo Homero (Homer). Ahora he encontrado la respuesta en Youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=SbRATk2axHU

Me temo que yo hubiera podido (cuando contaba con algunos kilos más) representar un Homero muy convincente. Incluso ahora creo que daría el pego muy a mi pesar.

Y sobre mi borreguez, he estado un tiempo dudando si escribir acerca del tema o no, pero al final me decidí por que sí lo haría. Siempre he dicho que en mi casa, el inteligente soy yo y el listo es mi hermano. Eso por supuesto no me deja en demasiado buen lugar y como es natural pasa lo que tiene que pasar. Este año en particular me tiré varios meses esperando lo que sólo yo podía esperar, justificando lo que sólo yo podía justificar y deseando que por una vez ocurriera el milagro en vez de lo lógico. Y, por supuesto, pasó lo que tenía que pasar.

Cinco meses después del hasta entonces último correo, hace unos días, recibí uno. Básicamente venía a decir que estaba en otra ciudad de Alemania y que le enviaran postales que las respondería. ¿Por qué uso el plural? Pues uso el plural porque el correo iba dirigido a familiares y amigos ... y a mí en copia oculta (ignoro si iba alguien más en copia oculta, por supuesto). El caso es que además de demostrar un uso de la copia oculta que ya quisiera yo para alguno de mis compañeros de trabajo, demostraba que en cierta forma de apiadaba de mí y daba señales de vida (no las daba desde que la llamé y confirmó que había vuelto con el sigilo de un ninja y quedó en llamarme para quedar y tomar algo).

¿Y por qué traigo esto a colación?, pues aparte de que es un magnífico ejemplo de "Amigo que no presta, cuchillo que no corta, que se pierdan, poco importa", aparte de eso me pregunto si no se estará repitiendo la historia. Y la respuesta es que puede ser ... es más que si yo digo que puede ser, entonces lo más seguro es que lo sea y ande yo aborregado más si cabe que el cielo a punto de aguantar el chaparrón. Pero bueno, si al final del cielo tiene que llover, que llueva. No será la primera ni la última vez y además así refrescamos un poco nuestros bosques que con tanto recelo se miran los unos a otros recordando lo que llovió en Galicia cuando no llovió.

Un saludo, Domingo.