Reciprocidad
Tenía pendientes varios temas por comentar, la mayoría de interés más bien insulso. Por ejemplo, iba a comentar que ya tengo barandilla para el balcón, que la otra podría estar lista para este sábado, y que ésta se ha llevado hoy dos capas de pintura "verde carruaje" muy bonita (hace tiempo que rojo y amarillo dejaron su puesto como colores favoritos al verde) y que deja un acabado en plan piel de cocodrilo. Es la típica barandilla que parece que está descascarillada, pero en realidad no lo está. Y con las dos capas se ha llevado también muchas horas de mi tiempo, aunque a falta de cosas mejores, para eso está.
Otra cosa que quería comentar es que el otro día, buscando citas, frases mejor dicho, relacionadas con el tiempo, llegué a las siguientes:
http://www.proverbia.net/buscarfrases.asp?donde=cita&tipo=OR&Texto=tiempo&Submit=Buscar
Hay muchas y muy interesantes. Mi estado de ánimo destacaría por ejemplo este par:
Hace algo menos de un año, faltando poco para la llegada del día del año en el que vi la luz artificial por vez primera (nací a las 23:15 así que la primera luz natural que vi no fue como mínimo hasta el día siguiente), Giovanni en un sutil comentario puso de manifiesto que teníamos ideas diferentes acerca de la amistad. Ese comentario ciertamente supuso el comienzo de un camino que todavía ando. A pesar de que intenté vanamente agarrarme a mi ideal de amistad, un pelín trasnochado probablemente, el tiempo se ha empecinado obstinadamente en darle la razón a él y quitármela a mí. Si alguien se pregunta qué decía, lo recordaré para que no haya necesidad de releer tanto (otra de las cosas que quería comentar es que hice una copia de seguridad del blog y ya van 800kb de texto):
Precisamente antes de irme de vacaciones comentaba, en tertulia de desayuno, con Francis y con Alfonso, la condición egosita que rige todas nuestras acciones. Hablaba (mas bien filosofaba) con ellos acerca del valor de la amistad... un valor que sin duda es considerado altruista, o al menos, desprendido por la mayoría, y que sin embargo encierra una componente egoista en si misma, como también todas las buenas acciones, y es que éstas, mas los sacrificios y demás componendas que "hacemos" por los demás solo están encaminadas a alimentar ese pequeño ego interior que nos convence de que en el fondo, somos buenas personas... y a fin de cuentas eso es el motor de todo... el alimento de ese pequeña bestia que nos habla desde el interior recompensandonos con palabras cálidas por nuestra generosidad y altruismo. Incluso el amor... ese generoso sentimeinto, está destinado a que tu te sientas bien, en el caso de ser correspondido, y en el agridulce "pobrecito yo" en el caso de no serlo. En fin, no se que pensarás tú de esto.
Bueno, pues como decía, esto marcó el inicio de un camino por el que todavía transito. Y el último paraje que he visto se llama "Reciprocidad". Básicamente doy la razón a Giovanni y reconozco que cuando hablo con alguien llevo una intención egoísta, de igual forma que la tiene en general la persona que habla conmigo. Además, añadiré algo que puedo añadir pues no en vano soy yo el que escribe aquí y tanto si miento como si digo la verdad es cosa mía. El 90% de la gente que habla conmigo lo hace con la egoísta intención de que le resuelva el problema, o que le dé charla o qué se yo, y una vez obtenido el beneficio, si te he visto, no me acuerdo. Llamémosles afectados por el egoísmo parasitario. Hay otras personas con visión de futuro que establecen una relación de reciprocidad, de forma que nuestros simbióticos egoísmos se contenten con lo que hay ... y la posibilidad de que haya más con el fin de no tener que buscar ese más en otra persona, con lo que ello supone en tiempo y por tanto en dinero :-).
Y es a esa relación simbiótica de reciprocidad a la que quiero aludir, como por otro lado deja bien claro el título de la entrada. He decidido que a partir de ahora haré todo lo posible por dejar de hacer el primo. He decidido que intentaré ser mucho más humano, es decir, más egoísta. He decidido que trataré a la gente siguiendo el paradigma de la reciprocidad. Al parásito, que le den, al simbiótico ... que le den también, ... pero otra oportunidad. Daré oportunidades mientras me den oportunidades, no las daré a quien no me las dé; dirigiré la palabra a quien me la dirija, no la dirigiré a quien no lo haga, recordaré a quien me recuerde, olvidaré a quien me olvide ... ¿fácil no?.
Probablemente he tardado demasiado en saber cómo funciona el mundo, o he tardado demasiado en saber que el mundo no se iba a acomodar a la forma en la que funciono yo, igual da, como decía el refrán original, "Nunca es tarde, si la dicha LLEGA".
Un saludo, Domingo.
Otra cosa que quería comentar es que el otro día, buscando citas, frases mejor dicho, relacionadas con el tiempo, llegué a las siguientes:
http://www.proverbia.net/buscarfrases.asp?donde=cita&tipo=OR&Texto=tiempo&Submit=Buscar
Hay muchas y muy interesantes. Mi estado de ánimo destacaría por ejemplo este par:
- "Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.", Marco Tulio Cicerón
- "El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor", Proverbio italiano
Hace algo menos de un año, faltando poco para la llegada del día del año en el que vi la luz artificial por vez primera (nací a las 23:15 así que la primera luz natural que vi no fue como mínimo hasta el día siguiente), Giovanni en un sutil comentario puso de manifiesto que teníamos ideas diferentes acerca de la amistad. Ese comentario ciertamente supuso el comienzo de un camino que todavía ando. A pesar de que intenté vanamente agarrarme a mi ideal de amistad, un pelín trasnochado probablemente, el tiempo se ha empecinado obstinadamente en darle la razón a él y quitármela a mí. Si alguien se pregunta qué decía, lo recordaré para que no haya necesidad de releer tanto (otra de las cosas que quería comentar es que hice una copia de seguridad del blog y ya van 800kb de texto):
Precisamente antes de irme de vacaciones comentaba, en tertulia de desayuno, con Francis y con Alfonso, la condición egosita que rige todas nuestras acciones. Hablaba (mas bien filosofaba) con ellos acerca del valor de la amistad... un valor que sin duda es considerado altruista, o al menos, desprendido por la mayoría, y que sin embargo encierra una componente egoista en si misma, como también todas las buenas acciones, y es que éstas, mas los sacrificios y demás componendas que "hacemos" por los demás solo están encaminadas a alimentar ese pequeño ego interior que nos convence de que en el fondo, somos buenas personas... y a fin de cuentas eso es el motor de todo... el alimento de ese pequeña bestia que nos habla desde el interior recompensandonos con palabras cálidas por nuestra generosidad y altruismo. Incluso el amor... ese generoso sentimeinto, está destinado a que tu te sientas bien, en el caso de ser correspondido, y en el agridulce "pobrecito yo" en el caso de no serlo. En fin, no se que pensarás tú de esto.
Bueno, pues como decía, esto marcó el inicio de un camino por el que todavía transito. Y el último paraje que he visto se llama "Reciprocidad". Básicamente doy la razón a Giovanni y reconozco que cuando hablo con alguien llevo una intención egoísta, de igual forma que la tiene en general la persona que habla conmigo. Además, añadiré algo que puedo añadir pues no en vano soy yo el que escribe aquí y tanto si miento como si digo la verdad es cosa mía. El 90% de la gente que habla conmigo lo hace con la egoísta intención de que le resuelva el problema, o que le dé charla o qué se yo, y una vez obtenido el beneficio, si te he visto, no me acuerdo. Llamémosles afectados por el egoísmo parasitario. Hay otras personas con visión de futuro que establecen una relación de reciprocidad, de forma que nuestros simbióticos egoísmos se contenten con lo que hay ... y la posibilidad de que haya más con el fin de no tener que buscar ese más en otra persona, con lo que ello supone en tiempo y por tanto en dinero :-).
Y es a esa relación simbiótica de reciprocidad a la que quiero aludir, como por otro lado deja bien claro el título de la entrada. He decidido que a partir de ahora haré todo lo posible por dejar de hacer el primo. He decidido que intentaré ser mucho más humano, es decir, más egoísta. He decidido que trataré a la gente siguiendo el paradigma de la reciprocidad. Al parásito, que le den, al simbiótico ... que le den también, ... pero otra oportunidad. Daré oportunidades mientras me den oportunidades, no las daré a quien no me las dé; dirigiré la palabra a quien me la dirija, no la dirigiré a quien no lo haga, recordaré a quien me recuerde, olvidaré a quien me olvide ... ¿fácil no?.
Probablemente he tardado demasiado en saber cómo funciona el mundo, o he tardado demasiado en saber que el mundo no se iba a acomodar a la forma en la que funciono yo, igual da, como decía el refrán original, "Nunca es tarde, si la dicha LLEGA".
Un saludo, Domingo.
4 Comments:
Bueno, Domingo, tampoco hagas arma de mis comentarios, el hecho de ser consciente de que la amistad es un sentimiento egoista no quiere ni con mucho decir que te tengas que convertir en una persona egoista... en todas las relaciones tiene que haber alguien que de el primer paso y se acerque, si te pones en plan "yo no te hablo si tu no me hablas" puedes entrar en un círculo vicioso que termine muy mal.... no te cierres puertas, los que te conocemos "te queremos" tal y como eres... En lo que si aciertas es en lo de mirar un poco mas por ti... ultimamente basamos nuestra existencia en lo que hemos mamamdo del cine americano, "el héroe al final tiene su recompensa", pero a mi entender, la recompensa hay que buscarla en el día a día, porque el final de nuestra película es en el fondo de un hoyo (o una urna, en mi caso), y desde luego me importará muy poco que hablen bien o mal de mi una vez esté muerto.
Besos
Está visto que no se te puede ni dar la razón :-P.
Por otro lado, quizás no me expliqué bien. No voy a cerrarme puertas, simplemente voy a dejar de llamar a aquéllas que encontré cerradas las últimas dos veces que llamé.
Hay un dicho parecido al siguiente:
No dejes que crezca la hierba en el camino que va a la casa de tus amigos. Lo único que digo es que si el único que va a pasar por ahí soy yo, prefiero emplear esa energía en buscar otras casas o en visitar aquéllas cuyo dueño/dueña venga de vez en cuando a la mía.
Por ejemplo, contigo sé que no habrá problema, ¡¡si hasta me has pedido las llaves!! ;-).
Un saludo, Domingo.
Hola pequeño,ciertamente tienes toda la razón del mundo cuando dices que vas a ser más egoísta y menos primo a partir de ahora.Con el paso del tiempo una se da cuenta de quiénes son las personas a las que de verdad les importas,y las que no se preocupan por ti lo más mínimo no hace falta estar pendiente de ellas para nada.Desgraciadamente,en este mundo hay muchas personas con las que te tropiezas y que casualmente no merecen la pena...solo que te das cuenta después de llevar mucho tiempo haciendo el tonto!!!!
Un saludito.
Hola Domingo!
¡Qué difícil definir la amistad! ¿Verdad? Y también me atrevería a decir ¡Qué difícil encontrar a los buenos amigos! La amistad es un valor que puede llegar a ser confuso. Nunca sabrás exactamente lo que un amigo llega a pensar de ti, lo que llega a sentir. Ni tampoco podemos buscar una medida que no permita comparar si la intensidad de la amistad es la misma a ambos lados. La amistad tiene un sabor distinto para cada persona. Y como tú bien dices, la amistad que nace por intereses, desaparece desde que esta intención queda saldada por la parte demandante. Desgraciadamente durante nuestra vida, somos protagonistas de amistades de este tipo. Desgraciadamente suele pasar, que una de las partes es la que tira para su lado sin pensar que con este hecho puede herir a la otra persona.
Pero también hay amistades que se nutre con el día a día, con la confianza, con la espera, con escucha, con los silencios. Amistades que ha nacido por el simple hecho de que dos personas se han encontrado y sin pedir nada a cambio, han compartido tiempo de su tiempo, pasos en su camino y que se dan un TÚ y un YO. Uno obsequia al otro, uno enriquece al otro. De estos amigos encontramos pocos en nuestra vida, pero si alguna vez te cruzas con alguno, te gustaría seguir escribiendo páginas en esa amistad.
“Cuando sientas tu herida sangrar, cuando sientas tu voz sollozar, cuenta conmigo”
(Canción de Carlos Puebla).
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