martes, junio 13, 2006

Aquí no hay quien viva

Hoy he tenido mi primera reunión de comunidad de vecinos y ha sido ciertamente ... interesante. Curiosamente lo menos problemático han sido los asuntos de los dineros, aunque en mi cualidad de ayudante de traductor de la administradora (guapa chica y muy simpática, seguro que está casada y con niños) y de hablante nativo de español, me pareció entender que los nacionales tenían dudas de que los foráneos fueran a aceptar los recibos extras ... y viceversa. Uno de los extranjeros, hombre mayor, setenta y tantos, que hablaba un español decente, me dijo que llevaba 31 años allí y que había visto de todo. No me extraña pues mis primeras dos horas han dado también bastante de sí (sí, dos horas ha durado la reunión).

Hemos pasado por un primer punto, el hombre que tiende en la puerta de su casa, zona comunal y que no piensa dejar de hacerlo hasta que se le proporcione otra alternativa. La razón que aporta acerca de que no tiene secadora, que la ropa de su bebé y tal, podrían servir, siempre y cuando él también mostrara algún deseo de solucionar el problema que él y sólo él tiene con algunos de la comunidad. Yo, calladito.

Otro vecino ha puesto fuera de su casa la bombona, encerrada en una caja a la que pondrá un candado, en zona comunitaria pero donde no es visible ni antiestética. No ha habido más problemas.

Bueno, y llegaron los puntos peliagudos que han sido los expuestos por la vecina del quinto. ¡¡Por fin la conozco, ya sé quién es la que anima las reuniones!!. En primer lugar ha arremetido contra el chico de la limpieza, ahí se ha pasado por encima sobre el tema de las obras en el que yo estaba directamente implicado, al final nada de nada, lo típico de estas discusiones. El segundo ni recuerdo cuál fue, se pasó también rápido. Y llegó el tercero. El balcón que yo he hecho donde antes había sólo una ventana rompe la estética de la "fachada interna" del edificio. ¡¡Vaya por Dios!!. Me he autoinculpado de no haberlo comunicado en la asamblea de vecinos por no dejar en mal lugar a quienes me aconsejaron que no lo hiciera pues sólo provocaría discusiones sin fin. Ya veremos cómo sale, pero la política de los "fait accompli" es a veces muy efectiva.

Además el argumento es tan pueril. Romper la estética ... ¿romper qué?. Hay 10 ventanas, 5 a un lado y 5 a otro. De ellas no se podrá encontrar 2 iguales, bueno quizás dos sí, pero las otras 8 son diferentes. Y me acusa a mí de romper la estética. Además yo lo dejo tal como lo tiene mi vecina de enfrente por lo que ahora hay hasta una cierta simetría, por no hablar de que es más estético. En fin, no sé si hice bien o mal pero creo que hice lo que casi cualquiera haría y es saltar con un ... "estando todo diferente, si a mí me obligan a quitarlo, entonces yo obligo a quitar lo suyo a todos los demás".

En fin que acabó la reunión y ya en la calle, hablé un minuto con la administradora. Me comentó que están teniendo problemas de esa índole y que van capeando y tirando hacia adelante como pueden. Habrá que ver si en la próxima reunión el asunto se vuelve a poner sobre la mesa.

Un saludo, Domingo.