Un día aprovechado
Hoy ha sido uno de esos días que no tienen desperdicio. En el trabajo ... normal. Eso sí, sobre las 5 he recibido un correo de un francés diciendo algo así como que yo tenía razón y que por culpa de eso él perderá credibilidad con su cliente y a su vez Málaga perderá credibilidad con él mismo y con su propio cliente. Es realmente una pena de no ser porque yo tenía razón ;-).
Pero antes no ha estado mal, quitando que han tenido que operar de urgencia a la mujer de Salva. Lo acabo de llamar y efectivamente todo ha salido bien. Brindo por ello. Esperando estaba que saliera de la anestesia.
Bueno, como decía, el día no ha estado mal y al medio día aproveché para hablar con el albañil, llamada de interés, con DQ, llamada de incertidumbre y con quien la gente que lee esto aunque sea de vez en cuando puede imaginarse, llamada de alivio. No podría decir que mis peores presagios se hicieron realidad pues sólo yo podía pensar que no sería así. De hecho si a mí me viene alguien y me cuenta mi historia, le digo que está loco (loca no, pues ahora mismo parece harto imposible que venga ninguna chica a contarme nada parecido).
Imagino que parte de mi culpa (toda), la tiene mi casi inquebrantable fe en el género humano y el pensar que la gente es como yo y que si bien no hace las cosas que yo hago, sí dejan de hacer las que yo no hago. En fin, ha parecido una entrevista de trabajo de ésas que invariablemente acaban con un: "Ya te llamaré". Esta vez casi prefiero que se cumpla el tópico y no llame.
Y con poco más acabó el día y llegué a casa. Hasta entonces había sido un día con sus sombras y sus luces pero particularmente esclarecedor. El momento más doloroso, probablemente, ése en que tuve que darle la razón a otro francés. También es cierto que eso me pasa por luchar batallas ajenas, batallas de gente que está demasiado ocupada como para mandar un correo después de haberle dicho por activa y por pasiva que lo mandara. A pesar de todo no me puedo quejar puesto que los que hacen el trabajo sucio son ellos :-). Lo mío son gajes del oficio, no todo iba a ser mojarles la oreja a los franceses :-D.
Decía que había sido un día esclarecedor, y encima uno de esos pocos en los que puedo largarme a las 7 en punto. Llegaba yo atasquillo (¡Aleluya!) mediante a mi casa a las 7:45 aproximadamente dispuesto a enfundarme algún atuendo deportivo y salir a correr durante la horita de rigor ... Ahhh mísero de mí, ahhh infeliz. Y voy yo y me lo creo. Nada más llegar a mi casa mi madre me dice que ya que he llegado temprano, que vaya a casa de una vecina a coger no sé qué muebles que va a tirar por si pueden servir para mi casa. Y si no sirven ... pues ya los tiro yo. Hago un tímido amago de protesta diciendo que voy a salir a correr pero ... ella sentencia diciendo que salga a correr otro día. En ese momento me siento un quinceañero con ganas de independencia.
Total que como soy un calzonazos, pues allá que tiro con el coche, con mi madre, con mi hermano y con dos de sus amigos (mi madre es así). ¿Quién dijo algo de moscas y cañonazos?. Total para dos mesas pequeñas de éstas de adorno (ignoro el nombre técnico) y una mini mesa de ordenador. No sé si alguna servirá. Lo mismo dejo alguna mesa para apoyar la tele de forma que el mueble de escayola queda única y exclusivamente como biblioteca. Ya veremos. Bueno, resumiendo, que ahora están los muebles en el trastero dudando si conocerán antes la casa o la basura.
En fin que el día se tuvo que torcer al final, pero bueno el balance sigue siendo positivo. Ya sólo queda encontrar otro día que salga a las 7 en punto y que a diferencia de éste, nada me impida salir a correr. Hay que confiar en que sucederá y a no tardar mucho :-).
Un saludo, Domingo.
Pero antes no ha estado mal, quitando que han tenido que operar de urgencia a la mujer de Salva. Lo acabo de llamar y efectivamente todo ha salido bien. Brindo por ello. Esperando estaba que saliera de la anestesia.
Bueno, como decía, el día no ha estado mal y al medio día aproveché para hablar con el albañil, llamada de interés, con DQ, llamada de incertidumbre y con quien la gente que lee esto aunque sea de vez en cuando puede imaginarse, llamada de alivio. No podría decir que mis peores presagios se hicieron realidad pues sólo yo podía pensar que no sería así. De hecho si a mí me viene alguien y me cuenta mi historia, le digo que está loco (loca no, pues ahora mismo parece harto imposible que venga ninguna chica a contarme nada parecido).
Imagino que parte de mi culpa (toda), la tiene mi casi inquebrantable fe en el género humano y el pensar que la gente es como yo y que si bien no hace las cosas que yo hago, sí dejan de hacer las que yo no hago. En fin, ha parecido una entrevista de trabajo de ésas que invariablemente acaban con un: "Ya te llamaré". Esta vez casi prefiero que se cumpla el tópico y no llame.
Y con poco más acabó el día y llegué a casa. Hasta entonces había sido un día con sus sombras y sus luces pero particularmente esclarecedor. El momento más doloroso, probablemente, ése en que tuve que darle la razón a otro francés. También es cierto que eso me pasa por luchar batallas ajenas, batallas de gente que está demasiado ocupada como para mandar un correo después de haberle dicho por activa y por pasiva que lo mandara. A pesar de todo no me puedo quejar puesto que los que hacen el trabajo sucio son ellos :-). Lo mío son gajes del oficio, no todo iba a ser mojarles la oreja a los franceses :-D.
Decía que había sido un día esclarecedor, y encima uno de esos pocos en los que puedo largarme a las 7 en punto. Llegaba yo atasquillo (¡Aleluya!) mediante a mi casa a las 7:45 aproximadamente dispuesto a enfundarme algún atuendo deportivo y salir a correr durante la horita de rigor ... Ahhh mísero de mí, ahhh infeliz. Y voy yo y me lo creo. Nada más llegar a mi casa mi madre me dice que ya que he llegado temprano, que vaya a casa de una vecina a coger no sé qué muebles que va a tirar por si pueden servir para mi casa. Y si no sirven ... pues ya los tiro yo. Hago un tímido amago de protesta diciendo que voy a salir a correr pero ... ella sentencia diciendo que salga a correr otro día. En ese momento me siento un quinceañero con ganas de independencia.
Total que como soy un calzonazos, pues allá que tiro con el coche, con mi madre, con mi hermano y con dos de sus amigos (mi madre es así). ¿Quién dijo algo de moscas y cañonazos?. Total para dos mesas pequeñas de éstas de adorno (ignoro el nombre técnico) y una mini mesa de ordenador. No sé si alguna servirá. Lo mismo dejo alguna mesa para apoyar la tele de forma que el mueble de escayola queda única y exclusivamente como biblioteca. Ya veremos. Bueno, resumiendo, que ahora están los muebles en el trastero dudando si conocerán antes la casa o la basura.
En fin que el día se tuvo que torcer al final, pero bueno el balance sigue siendo positivo. Ya sólo queda encontrar otro día que salga a las 7 en punto y que a diferencia de éste, nada me impida salir a correr. Hay que confiar en que sucederá y a no tardar mucho :-).
Un saludo, Domingo.
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