miércoles, mayo 24, 2006

Como en los viejos tiempos

Hoy he vuelto a correr una horita; como en los viejos tiempos. Bueno, ambas cosas son un decir pues en primer lugar no he corrido sino que he hecho footing (jogging para los ingleses), esa palabra que también describe el andar con pose de correr.

Me lo he tenido que pensar mucho, eso es precisamente lo malo de no correr habitualmente pues te cuesta Dios y ayuda arrancar. Recuerdo que cuando corría me costaba trabajo salir, pero era natural, hacía demasiado frío o calor o simplemente estaba cansado de correr una hora todos los días, pero sabía que tenía que salir a correr, no podía echar a perder todo el esfuerzo conseguido hasta el momento.

Y curiosamente ahora, ahora que he vuelto a ponerme más gordo, ahora que vuelvo a arrastrarme por las calles sin la escasa gracilidad que en su momento conseguí, ahora me cuesta más trabajo que nunca salir a correr. Cierto es que me molesta la rodilla cuando corro, aunque también es cierto que va aguantando el tirón y de hecho hoy he vuelto de correr una hora y la rodilla ni me molesta. También es cierto que era patético ver cómo me adelantaba todo el mundo por la ciudad deportiva (sobre todo las chicas :-O), pero eso sí que no me debería importar, lo hubieran hecho igual en mi mejor momento de forma. Quizás no me hubieran pasado como motos, quizás sólo como vespinos o bicis, pero me hubieran pasado seguro. En fin, que no tengo excusa para no ir y tengo mil razones para ir. Esperemos que hoy se haya roto la tendencia negativa.

He roto además con mis propias excusas para postergar las carreritas diarias que básicamente se resumían en : "A ver si termino el piso y este verano me doy una carrerita para la playa, continúo por allí y luego vuelvo al piso para ducharme". Algo así hacía Sergio la última vez que lo vimos Antonio y yo en la playa, sí, aquella vez que las chicas monísimas de Vodafone nos hicieron una foto y nos dieron la tarjetita para poder bajárnosla desde internet. Por ahí tengo la foto, es cuestión de buscarla :-).

Bueno, volviendo al tema central, he vuelto ... al menos he vuelto un poquito. Se notaba la inactividad, al final tenía esos pequeños calambres que me entran en los brazos cuando no estoy en forma. No sé muy bien de qué son, quizás algo que ver con una pérdida más acusada de sodio o potasio de tanto subir y bajar las manos. El caso es que puedo jugar dos horas al fútbol y no me pasa. Siempre ha sido así y tampoco es que me preocupe mucho la verdad, para mí es simplemente un indicador de mi fondo físico y ahora mismo está entre penoso e insuficiente.

Aparte de eso, correr puede llegar a ser una gozada. Alguna vez he contado cómo desconecto y fantaseo, me veo hecho un atleta ganando una final, o corriendo a velocidades que nunca alcanzaré o simplemente ganando dinero a espuertas :-D. Aunque las mejores son las fantasías de superhéroe :-O.

Independientemente de eso, es un gran reparador de la autoestima. Yo no es que suela tener la autoestima baja, pero a veces sí que re va resquebrajando y en esos momentos es cuando viene genial salir a correr. Recuerdo ahora mismo una entrada en este blog en la que contaba cómo tengo que luchar contra mi soberbia, es una lucha diaria que hay que mantener 24 horas al día, o 23 si es que ese día has corrido una hora. Mientras estás corriendo, estás viviendo aquel anuncio de Nike o Adidas, sí creo que era Adidas, en el que salía una mujer corriendo por la ciudad a 40º y la gente dentro de sus casas con el aire acondicionado. Ella decía:
"Dicen que estoy loca, pero son ellos los que están encerrados".

Habia algún anuncio otro parecido de similar factura. Pues eso, eso mismo es lo que se siente. Vas tú corriendo, perdón andando, a 6km/h, adelantando a aquéllos que andan a 4km/h y manteniéndote a la par de los que caminan rápido :-), vas en cierta forma haciendo el ridículo en comparación con los otros pocos que se ven corriendo y que son auténticas máquinas de competición, pero no importa. Tú piensas, sí pero soy yo el que está aquí, el que va a correr una hora mientras que otros se cansan sólo de pensarlo. Y tu autoestima se dispara.

Aprovechas la subida de autoestima para pensar en los fracasos, y ya los fracasos no se convierten en fracasos, sino en experiencias. Las falsas esperanzas se diluyen, y no por nada, sino porque ya no pasará nada si no te agarras a ellas. Yo, con mi cuero escasamente cabelludo no entiendo muy bien el anuncio de L'oreal, pero sí entiendo muy bien lo de "Porque yo lo valgo". Y si tú lo vales, si tú lo vales el que la gente te aprecie tal como eres, te aprecie distinto a como eres o no te aprecie pasa a un segundo plano. El plano que nunca debieron abandonar o que quizás sí que debieron y tú de hecho les diste la oportunidad, pero no la no supieron aprovechar. Se siente.

Bueno, espero no tener que arrepentirme de lo que he dicho aquí, es decir, espero no tener que escribir otra vez dentro de dos meses diciendo que he vuelto a empezar a correr. La verdad es que sé que me va a resultar difícil correr como lo hacía antes. Entre otras cosas porque no suelo salir a correr a no ser que llegue a casa antes de las 8 y media de la tarde. Pero quizás lo que tenga que hacer en esos casos es correr menos. El trabajo me atará más ahora de lo que me ataba hace dos o tres años, pero entre mis defectos está el ser cabezón, así que habrá que intentarlo.

De nuevo: He vuelto.

Un saludo, Domingo.

1 Comments:

Blogger polly darton said...

De nuevo,es un gustazo leerte...DM!!!!!

1:33 p. m.  

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