Gotas de oro, junto a mí, delante de mí
Como ya adelanté, la hermandad de donantes de sangre me distinguió ayer con la gota de oro. Como ya dije, junto a mí, delante de mí, estaban todos aquellos que llevan años y años salvando la vida de la gente con su sangre. Por tanto considero que el auténtico homenaje se lo merecen ellos y éste es el motivo por el que justo cuando me dieron mi gota de oro yo saqué fotografías del público asistente. Si alguna persona del público, a causa de las malas artes con las que el diablo juega, acaba pasando por esta página, entenderá ahora el por qué de esa acción.
Además, quisiera saludar de forma especialmente cariñosa a Alfonso y Loly con quienes tuve el place de compartir mesa. Junto a ellos disfruté de una comida, extraña en los contenidos y su orden, deliciosa en su paladar y agradabilísima en la compañía.
Un saludo, Domingo.
Además, quisiera saludar de forma especialmente cariñosa a Alfonso y Loly con quienes tuve el place de compartir mesa. Junto a ellos disfruté de una comida, extraña en los contenidos y su orden, deliciosa en su paladar y agradabilísima en la compañía.
Un saludo, Domingo.
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