Gracias
Quisiera aprovechar para dar las gracias a mucha gente:
Es curioso pero la pregunta más común de la gente es "¿Qué te han regalado?". En mi caso pocas cosas ... al menos materiales. Probablemente si quitamos el carnet de donante de sangre, poco o nada más. Y es que el día de mi cumpleaños ha sido el más normal de los días normales. Curiosamente ayer o mejor dicho anoche sí fue algo más especial:
Volvía por la noche conduciendo hacia casa por la autovía (como cada noche), cuando al fondo destacando sobre la iluminada Alcazaba de Málaga brilló una estrella fugaz. Una de las lágrimas de San Lorenzo, o lluvia de estrellas fugaces de las Perseidas, imagino. El caso es que fue una estrella muy perceptible, tanto que me hizo pensar en primer lugar por qué la única que había visto era tan grande si lo normal hubiera sido ver alguna otra más pequeña. Aunque claro también una más pequeña hubiera sido más susceptible de pasar inadvertida.
Para mayor asombro mío miré las farolas de la bien iluminada autovía y sopesé la luminosidad de Málaga al fondo. Todavía más increíble tal estrellas en un cielo tan iluminado como el de Málaga. Y ahí estaba yo distraído en semejantes tonterías cuando caí en la cuenta de que quizás pudiera pedir un deseo. Habrían pasado un par de minutos desde el avistamiento y me pregunté si lo del deseo tendría todavía validez, no ya para un convencido escéptico como yo, sino para alguien que creyera en esas cosas.
En cualquier caso decidí pedir mi deseo. Ahora que caigo, podemos decir que esa estrella fugaz no fue más que el soplido que apagó (con un día de antelación) la única vela de una tarta. Bueno que me dispuse a pedir el deseo y lo primero que llegó a mi cabeza fue encontrar a esa persona, o mejor dicho, poner nombre a esa persona, un nombre sacado de una baraja de nombres conocidos y que ahora no recuerdo. Cuatro o cinco, probables e improbables, de todo. Una después, me pareció demasiado ... quizás sólo eso, me pareció pedir demasiado y consideré que simplemente el encontrar a esa persona fuera quien fuera sería lo ideal. Y cuando estaba a punto de hacer mi deseo volví a pensar que en realidad lo único que quería era ser feliz. Fue lo que deseé, dicen que no hay que revelarlo, pero eso lo decían cuando no había blogs. Tengo que preguntar a ver si puedo escribirlo en un blog o no.
Y tan contento iba yo con mi deseo cuando de repente me pregunté. ¿Ser feliz?. ¿Ser feliz, por qué?. ¿Eres infeliz?. Y tuve que colegir que no, que soy tremendamente más afortunado que muchísima gente. Vivo en el mundo desarrollado, eso debe dejar atrás como al 80% si no más de la población de todo el mundo. Afortunadamente he sido agraciado con algunas cualidades que es posible otras personas envidien ( de igual forma que yo quisiera tener otras que ellos tienen ). Tengo una familia, la típica familia, la que no te dice que te quiere porque no hace falta. Te quieren. Nunca me ha sobrado nada, pero tampoco me ha faltado. Tengo buenos amigos, amigos, conocidos. Tengo una cierta cultura, un trabajo fijo, no tengo problemas económicos ( por ahora, hasta que me compre el piso ) ... eso debe dejar muy poca gente a la que considerar de forma objetiva como más felices que yo en lo material o en lo sentimental.
Conclusión, ¿quién era yo para pedir felicidad cuando hay tanta gente con problemas por ahí?. Por otro lado, también tengo el derecho, como todo el mundo, de intentar ser más feliz de lo que actualmente soy, aunque también tengo el deber moral de ayudar dentro de mis posibilidades a otras personas, como pago por mi suerte. ¿Y qué es lo que he hecho yo hasta ahora para tranquilizar mi conciencia cuando se pone a pensar esas cosas?. Donar sangre. Sí, otra vez. Por eso he ido hoy, un día especial. Recuerdo que he ido a veces en Navidad simplemente porque estaba de vacaciones y podía ir. Alguna gente se ha asombrado de que un 31 de diciembre no tuviera otra cosa mejor que hacer. Pero hoy era diferente y así lo sentía.
Allí me encaminé, allí me dieron el carnet nuevo porque el antiguo ya estaba lleno, y allí en la hoja de donación aparecía ... 29 años, o como yo gusto de llamarlo, casi 30. El primer papel oficial en el que veía mi nueva edad. Me dije que no los cumpliría hasta las 23:45 pero bueno, la burocracia no entiende de esas cosas, un cumpleaños es un cumpleaños.
Y así con poco más transcurrió el día. No ha sido un día especial, ha sido un día normal salpicado de momentos especiales. Cada beso, cada mensaje al móvil, cada felicitación por messenger, cada conversación telefónica, cada donación de sangre, cada mensaje publicado en el blog ...
Por todo esto ... gracias a todos y como la felicitación que suelo mandar yo por correo,
I hope your birthday is touched with magic. Y yo añado ... like mine are and will be as long as you are there.
Un saludo, Domingo.
- Gracias a todos aquellos que me han felicitado durante el día (puede parecer evidente, pero los ha habido :-D).
- Gracias a aquellos que no se han acordado pero a los que les hubiera gustado acordarse.
- Gracias a aquellos que no se han acordado, y se alegran de no acordarse.
- Gracias a aquellos que se han acordado pero eligieron no felicitarme.
Es curioso pero la pregunta más común de la gente es "¿Qué te han regalado?". En mi caso pocas cosas ... al menos materiales. Probablemente si quitamos el carnet de donante de sangre, poco o nada más. Y es que el día de mi cumpleaños ha sido el más normal de los días normales. Curiosamente ayer o mejor dicho anoche sí fue algo más especial:
Volvía por la noche conduciendo hacia casa por la autovía (como cada noche), cuando al fondo destacando sobre la iluminada Alcazaba de Málaga brilló una estrella fugaz. Una de las lágrimas de San Lorenzo, o lluvia de estrellas fugaces de las Perseidas, imagino. El caso es que fue una estrella muy perceptible, tanto que me hizo pensar en primer lugar por qué la única que había visto era tan grande si lo normal hubiera sido ver alguna otra más pequeña. Aunque claro también una más pequeña hubiera sido más susceptible de pasar inadvertida.
Para mayor asombro mío miré las farolas de la bien iluminada autovía y sopesé la luminosidad de Málaga al fondo. Todavía más increíble tal estrellas en un cielo tan iluminado como el de Málaga. Y ahí estaba yo distraído en semejantes tonterías cuando caí en la cuenta de que quizás pudiera pedir un deseo. Habrían pasado un par de minutos desde el avistamiento y me pregunté si lo del deseo tendría todavía validez, no ya para un convencido escéptico como yo, sino para alguien que creyera en esas cosas.
En cualquier caso decidí pedir mi deseo. Ahora que caigo, podemos decir que esa estrella fugaz no fue más que el soplido que apagó (con un día de antelación) la única vela de una tarta. Bueno que me dispuse a pedir el deseo y lo primero que llegó a mi cabeza fue encontrar a esa persona, o mejor dicho, poner nombre a esa persona, un nombre sacado de una baraja de nombres conocidos y que ahora no recuerdo. Cuatro o cinco, probables e improbables, de todo. Una después, me pareció demasiado ... quizás sólo eso, me pareció pedir demasiado y consideré que simplemente el encontrar a esa persona fuera quien fuera sería lo ideal. Y cuando estaba a punto de hacer mi deseo volví a pensar que en realidad lo único que quería era ser feliz. Fue lo que deseé, dicen que no hay que revelarlo, pero eso lo decían cuando no había blogs. Tengo que preguntar a ver si puedo escribirlo en un blog o no.
Y tan contento iba yo con mi deseo cuando de repente me pregunté. ¿Ser feliz?. ¿Ser feliz, por qué?. ¿Eres infeliz?. Y tuve que colegir que no, que soy tremendamente más afortunado que muchísima gente. Vivo en el mundo desarrollado, eso debe dejar atrás como al 80% si no más de la población de todo el mundo. Afortunadamente he sido agraciado con algunas cualidades que es posible otras personas envidien ( de igual forma que yo quisiera tener otras que ellos tienen ). Tengo una familia, la típica familia, la que no te dice que te quiere porque no hace falta. Te quieren. Nunca me ha sobrado nada, pero tampoco me ha faltado. Tengo buenos amigos, amigos, conocidos. Tengo una cierta cultura, un trabajo fijo, no tengo problemas económicos ( por ahora, hasta que me compre el piso ) ... eso debe dejar muy poca gente a la que considerar de forma objetiva como más felices que yo en lo material o en lo sentimental.
Conclusión, ¿quién era yo para pedir felicidad cuando hay tanta gente con problemas por ahí?. Por otro lado, también tengo el derecho, como todo el mundo, de intentar ser más feliz de lo que actualmente soy, aunque también tengo el deber moral de ayudar dentro de mis posibilidades a otras personas, como pago por mi suerte. ¿Y qué es lo que he hecho yo hasta ahora para tranquilizar mi conciencia cuando se pone a pensar esas cosas?. Donar sangre. Sí, otra vez. Por eso he ido hoy, un día especial. Recuerdo que he ido a veces en Navidad simplemente porque estaba de vacaciones y podía ir. Alguna gente se ha asombrado de que un 31 de diciembre no tuviera otra cosa mejor que hacer. Pero hoy era diferente y así lo sentía.
Allí me encaminé, allí me dieron el carnet nuevo porque el antiguo ya estaba lleno, y allí en la hoja de donación aparecía ... 29 años, o como yo gusto de llamarlo, casi 30. El primer papel oficial en el que veía mi nueva edad. Me dije que no los cumpliría hasta las 23:45 pero bueno, la burocracia no entiende de esas cosas, un cumpleaños es un cumpleaños.
Y así con poco más transcurrió el día. No ha sido un día especial, ha sido un día normal salpicado de momentos especiales. Cada beso, cada mensaje al móvil, cada felicitación por messenger, cada conversación telefónica, cada donación de sangre, cada mensaje publicado en el blog ...
Por todo esto ... gracias a todos y como la felicitación que suelo mandar yo por correo,
I hope your birthday is touched with magic. Y yo añado ... like mine are and will be as long as you are there.
Un saludo, Domingo.
1 Comments:
Ya sé que sabes quién soy...Y soy de las del 4º grupo...
Te deseo lo mejor.
Publicar un comentario
<< Home